Perfectamente imperfecto

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- Si sigues caminando de un lado a otro vas a terminar haciendo un hueco en el suelo. – se burló Ray, sentado desde un sillón que había en la habitación.

Norman sonrió, notablemente nervioso.

- ¿Tan mal me veo?

Ray suspiró.

- No deberías ponerte nervioso en el día de tu boda. No es como que Anna se vaya a escapar o ya no quiera casarse contigo. – Norman lo miró, escéptico.

- ¿Quieres que te recuerde quién estuvo por huir del nerviosismo de su propia boda?

- No estamos hablando de mí, hablamos de ti. – cambió el tema Ray, molesto y avergonzado. Norman soltó una risa por eso. – Pero hablando en serio, Anna no haría tal cosa. Ella no es capaz de hacer eso, y menos a ti.

- Lo sé, pero... ¿Y si algo sale mal? ¿Y si...?

- Norman, relájate. – pidió su amigo, serio. – Todo estará y saldrá bien.

Norman suspiró, mentalizándose y tranquilizándose. Tomó asiento en un sillón frente al de Ray, cerrando los ojos, calmándose.

Don entró al cuarto, mirando primero a Ray y luego al novio, futuro esposo.

- ¿Qué le pasa?

- Está nervioso por la boda, sólo eso.

- Al menos no tanto como tú en...

- ¿Quisieras no mencionarlo, Don?

- Bueno, se me ocurre una idea para que no esté tan nervioso.

...

- Listo, ya está.

Anna se admiró en el espejo, casi no reconociéndose, ruborizándose. Su cabello estaba suelto y adornado con diversos tipos de flores, mayormente entre azul, índigo y blanco. El maquillaje era muy leve, y su vestido era como el de una princesa.

- Espera, falta el velo. – dijo Emma, yendo por este mismo. Al tenerlo, se acercó a ella, poniéndolo con delicadeza. Sonrió. – Ahora sí, ¡Está lista!

Anna sonrió. Jamás creyó que este día llegaría, pero así era, se estaba casando. Pronto sería la mujer de Norman; ante ese pensamiento no pudo evitar sonrojarse y sentirse emocionada.

- Chicas... - llamó Gilda, entrando en la habitación, con gesto preocupado, preocupando a las demás. – Tenemos un problema con el novio.

- ¿Qué sucede? – se atrevió a preguntar Emma. Anna miró preocupada a Gilda, ¿Le habría pasado algo malo a Norman?

- ¿Sucedió algo con Norman, Gilda?

La aludida suspiró, ajustándose los lentes. Frunciendo el ceño.

- Parece que... el novio está borracho.

...

- ¡Mira lo que hiciste! – le gritó Ray al moreno, entre molesto y preocupado. Don miró la botella que le había entregado al albino, casi vacía.

- Oye, si me hubieras dicho que él es malo bebiendo ni siquiera se la hubiese dado.

Y mientras Don y Ray seguían su discusión, Norman caminó, tambaleante hasta la puerta, saliendo de la habitación; con el único propósito de buscar a Anna.

Y para cuando se vinieron a dar cuenta, Norman ya no estaba. Genial, primero emborrachaban al novio, y ahora este se les perdió.

- Mierda.

- Genial, ahora Gilda me matará y con más razón.

- Buscaremos a Norman, aunque eso signifique morir a manos de las chicas... Sobre todo, de Anna.

Y diciendo esto, ambos salieron del cuarto, separándose para buscar al novio; sólo esperaban encontrarlo antes de la boda, o en verdad las chicas los matarían.

...

- ¡Espera Anna! ¿Adónde vas!

- No me voy a quedar aquí, ¡Voy a buscar a mi novio! – y diciendo esto, salió del cuarto, ignorando los llamados de las demás. Tomó la falda del vestido, comenzando a correr por los pasillos. Las tradiciones de las bodas podrían irse muy al carajo, ella estaba preocupada por Norman y no se iría a quedar ahí sin hacer nada.

Llegó al jardín, mirando a todos lados, sintiéndose aliviada al verlo sentado en una de las bancas que había ahí. Se acercó a él, y cuando llegó a su lado, se sentó en la misma banca.

Tomó su mano, haciendo que este lo mirase, sorprendido. Ella le sonrió.

- Anna...

- ¿Te encuentras bien?

Él sonrió, sintiéndose culpable. El efecto del alcohol estaba bajando o eso pensó.

- Perdóname Anna, por mis nervios...

- No has arruinado nada. Mientras tu estés aquí conmigo, todo está bien. – acunó su mejilla, mirándolo con ternura. – Todavía estamos a tiempo para poder casarnos... Pero te necesito sobrio, Norman.

Él se rió, acariciando la mano de ella que seguía en su mejilla. Juntó su frente con la de ella, sonriéndole, al igual que ella.

- Tranquila, creo que el alcohol ya está bajando. – con su mano libre acomodó su cabello y velo. Anna sonrió, sintiéndose afortunada de tenerlo. - ¿Deberíamos ir al altar?

Anna se rió. Si tan sólo supiera el desastre que se estaba haciendo; se encargaría personalmente de regañar a Ray y Don por haberlo embriagado. Incluso molestaría al primero con lo que pasó en su boda.

Norma se levantó de la banca y la cargó al estilo nupcial, con dirección al altar. La boda seguía en pie.

¿Lo que pasó? Bueno, eso es otra historia.

-Traumada Taisho

Y así concluye este libro, el final es a su imaginación xd

Y en otras noticias... ¡Habrá otro libro Noranna! Próximamente xd

Gracias por el apoyo al libro. Y perdón por la baja calidad de este capítulo.

Perfectly Imperfect [Norann/Noranna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora