6

1.2K 56 6
                                    

¿Estaba mal sentirme así de nerviosa por volver a ver a Carlos? Lo cierto es que luego de su regalo en navidad cada vez que miraba la dichosa pulsera era inevitable pensar en él, lo cual en los últimos días pasaba con mucha frecuencia, considerando que la pulsera me había gustado tanto que la llevaba a diario colgando de mi muñeca, Alba por poco y revienta mi oído al chillar como una maniaca por teléfono al enterarse del detalle del regalo de mi noche de navidad, y no había parado de decir que eso era una "señal", claro que Alba ignoró olímpicamente el detalle que no hubo nada ni remotamente romántico en el momento en que Carlos me entregó el regalo, siguió mirándome como si quisiese ver mi rostro en el fondo de un pozo y yo seguía encontrándolo un pesado, así que... ¿un detalle romántico? ¡Já! Antes llegaba yo temprano a clases un día lunes...

Y precisamente era lunes, y me encontraba corriendo a toda prisa hacia la escuela, el primer día de clases después del descanso de navidad y para variar me había quedado dormida,después de entrar y por poco caer subiendo unas escaleras de manera frenética, logré alcanzar la entrada de mi sala, suspiré tratando de calmar mi respiración. Estaba por abrir la puerta cuando sentí unos pasos a mi derecha, me volteé a ver y distinguí al inspector caminando en mi dirección, seguido de una chica que apenas verla me sentí algo inferior, no había que ser muy observador para captar que era... bueno, ya saben... hermosísima, cabellos negros azulados, lisos y tomados en dos moños, mirada potente y de un color vagamente familiar, la chica me observaba fijamente y la sensación de sentirme pequeña se intensificó, me quedé estática, aún con la mano en la puerta.

- Le ocurre algo señorita Medina? Nuevamente retrasada por lo que veo...

Que el inspector me conociera en un colegio con más de mil alumnos se debía única y exclusivamente al hecho que mis continuos retrasos me llevaban a visitar su oficina continuamente para poder entrar a clases.

- Sólo me retrasé un... poquito...- respondí bajito.

- Por esta vez lo perdonaré.- terció él.

Fue el inspector quien abrió la puerta y pasamos los tres, sin más me dirigí directamente a mi puesto junto a un Carlos que lucía realmente temible ese día, su ceño formando una intimidante línea en la mitad de su frente, apenas sus ojos se encontraron con los míos sentí escalofríos.

Si las miradas matasen yo estaría carbonizada...

Me senté tratando de calmar el temblor que invadió mis extremidades al ver la osca manera de observarme de Carlos. ¿Esta vez qué había hecho? No lo había visto desde la semana de navidad ya que dos días después de la cena Carlos me había llamado para decirme escuetamente que no podría reunirse a hacer el trabajo hasta que volviésemos a clases, claramente yo no me oponía a eso, después de todo el librarme de la intimidante mirada de Carlos era un respiro.

Alcé la vista y vi como la chica nueva miraba en mi dirección. ¿Qué tenía que los nuevos siempre la tomaban conmigo? Porque o yo estaba siendo muy paranoica o quizás esa chica era bizca, pero realmente parecía que me quería asesinar con su mirada... entre las miradas de Carlos y la de esa chica seguramente que para el cambio de clases mi cabeza terminaría separada del cuerpo.

- Atención, clase.- nos llamó el profesor.- Tienen una nueva compañera este trimestre...

Me percaté que muchos murmuraban mientras veían a la recién llegada, supuse que las niñas algo envidiosas de lo increíblemente guapa que era la chica nueva, no pasó desapercibido tampoco las miradas de los chicos sobre ella, ya casi lo podía vislumbrar, esa chica tenía todo para ser de ese tipo a la que todos siguen y todos quieren ser sus amigos.

Por el rabillo del ojo vislumbré como Carlos se removía en su asiento, me abstuve de mirarlo por temor a enfrentarme a otra sesión de miradas asesinas, por lo que opté por observar mis manos apoyadas sobre la mesa.

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora