10

1.1K 88 33
                                    


Se había terminado.

Al fin.

El trabajo de Literatura acababa de ser entregado y se terminaba todo... oficialmente dejaba de estar obligada de ver a Carlos en otro lugar que no fuese la escuela, y eso era... eso taba bien ¿no? es decir... ¡Al fin estaba libre de él! ¡No más juntas en su casa o en mi casa! ¡No más "Julia,esto", "Julia,lo otro", ¡No más!

Era genial ¿no?

¿Cierto?

Ya no podía negarlo, mi sistema nervioso sufría serios colapsos cada vez que entablaba una conversación con él, y estuve apunto de sucumbir de un infarto cuando lo vi aparecer por mi casa el sábado alegando que quedaban dos días para terminar el trabajo y él no haría el trabajo por mi. Por suerte Jorge estaba en Cádiz , por lo que la visita de cinco horas de Carlos en el comedor de mi casa no tuvo grandes interrupciones más que las de mi padre ofreciéndole cenar con nosotros, propuesta que extrañamente él acepto sin ningún ceño fruncido de por medio.

- Bien... ahora sólo queda esperar nuestra nota máxima...

Me sobresalté un poco al oírle, aún no estaba acostumbrada a eso que me hablase en todo momento, ¿no era apenas hacía unas semanas cuando me ignoraba completamente y me dirigía sólo palabras odiosas? Este nuevo cambio de actitud era extraño, pero no podía decir que me desagradara, de todas formas no tenía problemas en reconocer que ahora que Carlos me trataba como persona y no como parte del mobiliario, las clases eran un poco menos monótonas; él seguía siendo un pesado, odioso, pero al menos... al menos... bueno, al menos ya no me miraba con deseos de asesinarme, y eso era un avance.

Desde el día en que Carlos se había enterado de mi avergonzante secreto de no haber dado un beso en mi vida, el tema no había salido nuevamente a colación, lo cual agradecía, no sabía si ya todo su clan de secuaces estaba enterado de mi secreto o no, pero lo cierto es que desde ese día algunas cosas habían cambiado,Carlos  realmente comenzaba a mostrar una parte de él que.... bueno, no conocía, ya saben, una parte más retadora, socarrona, más desafiante y... ¿confianzuda es la palabra?Alba no paraba de decir que había logrado entrar en el "selecto" grupo de Carlos y yo no podía más que negar con la cabeza y reírme con ganas. ¿Selecto grupo de Carlos? ¿Qué demonios era eso? Pero Alba tenía razón en algo: era la única chica de la clase con la que Carlos hablaba, de hecho, era la única chica de la escuela que mantenía conversaciones de más de 5 minutos con él... bueno, aparte de su prima Andrea.

¿Se suponía que tenía que sentirme halagada por eso?

- Julia...

Lo miré sobresaltada para encontrarme con la típica mueca burlona.

- ¿Qué has dicho?

- Que le he dicho a la maestra que he hecho el trabajo solo...

- ¡¿Qué tú qué?- estallé.

Carlos rodó los ojos antes de reírse levemente. ¿Sería muy estúpido decir que me quedé un poco embobada con su risa? Bueno, nunca antes lo había visto reír, se reía de mi, vale, y después de de decirme semejante cosa pero...

- ¿Alguna vez dejarás la Luna,Júlia?

Arrugué el ceño y lo miré ofendida, claramente me estaba gastando una broma, que yo creí ingenuamente por pillarme con la guardia baja.

- Te estaba diciendo que...

- ¡Carlitos!

La princesita catalana tenía que llegar en ese instante a avasallar a Carlos, tenía palco en ver cómo la chica se lanzaba a abrazar sin ningún tipo de pudor a su primo, mientras que éste último parecía apunto de explotar de enfado.

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora