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No volvimos a hablarnos nuevamente, y con "hablar" me refiero a la interacción de que él abriese su bocaza para fastidiarme con algo y yo replicara monosílabos; no hubo nada de palabras ni miradas... bueno, miradas sí, no podía evitar mirarlo de reojo de vez en cuando, era un poco infantil pero quería comprobar si realmente todo el tiempo tenía ese ceño arrugado, satisfecha me percaté que su gesto se relajaba en clases de Algebra y Trigonometría, Carlos parecía disfrutar de aquellas clases, irónico ¿No? Justamente en las dos asignaturas que más problemas me traían él parecía tener una leve sonrisita durante las dos horas de clases, lo cual también me ofuscaba un poco.

Y pasaron las semanas que se convirtieron en meses, les extrañará saber que mi relación con mi compañero de mesa seguía igual de nula, y ya estábamos en Diciembre y lo único que sabía de Carlos Right es que ciertamente me odiaba, o si no era odio algo muy parecido lo que pasaba por su cabeza, era cosa de ver como me miraba cada vez que nuestros ojos se encontraban por casualidad, lo cierto es si en un principio sus miradas me asustaban e incomodaban un poco, luego aprendí a lidiar con ellas, incluso me esmeraba por no ocupar ni medio centímetro de la parte de la mesa de Carlos para evitarnos posteriores encuentros desagradables.

Sin embargo mi tranquilo vaso de leche no podía estar así por demasiado tiempo, justamente dos semanas antes del receso navideño nos asignaron un proyecto por pares en el que debíamos trabajar con nuestro compañero de banco, debo decir que sentí horror, porque al contrario de Alba –quien seguía pensando que en el fondo Carlos era "bueno- yo sólo podía ver el tirano ceñudo que era. ¿Cómo lograría sobrevivir al proyecto de dos meses que implicaba el trabajo de Literatura?, y peor... ¿Cómo me reuniría a trabajar con Carlos? Estaba segura que si lo invitaba a mi casa era capaz de enterrarlo vivo en el jardín, pero... ¿ir a casa de los Right?La que iba a ser enterrada viva ahí seguramente sería yo. ¿Cuánto tardaría Carlos en hacer desaparecer mi cadáver?

Vi su mano hacer un puño al momento en que el maestro daba las indicaciones del trabajo que debíamos realizar, no había que ser demasiado observadora para saber que a él le gustaba tan poco la idea como a mi de trabajar juntos, resoplé abatida y me apoyé en el banco.

- Júlia..

Ahí vamos de nuevo.

Era la tercera vez que me hablaba en todo el año. Me reincorporé a sentarme derecha y lo miré con cara de pocos amigos.

- ¿Estaba ocupando tu lado de la mesa? ¡Oh! Lo siento- dije algo irónica- olvido que tengo lepra y puedo contagiártela.

Sentí que su mirada por poco me partía en dos de lo intensa que estaba siendo, al instante me arrepentí de haber sido tan audaz – o tonta- como para tratarlo así, y al parecer había hablado lo suficientemente alto como para que varios a nuestro alrededor nos miraran. Cinco segundos de silencio – los conté- mientras él alzaba una ceja y me observaba detenidamente.

¿Por qué siempre que estoy con él pierdo los estribos?

- Iba a preguntarte cuándo y dónde quedaremos- replicó - por si no has prestado atención las revisiones serán semana a semana y no me apetece sacar un cero- añadió.

- Oh...- enrojecí, de la pura vergüenza, en serio ¿qué tenía Carlos Right que cada vez que estaba con él me hacía quedar en ridículo? – Pues... uhm...- dudé, sabía que Carlos no me quitaba la vista de encima- podría ser en...

- Juntémonos en mi casa este viernes después de la escuela, ¿te parece?

- ¿Tú... casa?- pregunté algo dudosa.-vale.

No volvimos a hablar nuevamente, de alguna forma rogaba por coger un resfriado, o quebrarme una pierna para no tener que asistir a la casa de Carlos aquel día, pero mis defensas parecían demasiado buenas y ya que había dejado el equipo de las porristas parecía poco probable el lograr quebrarme alguna extremidad haciendo deporte, mi desesperación era tal que incluso sopesé la posibilidad de dimitir y sacarme un cero en el proyecto, ¿Qué tan malo sería? Sin embargo la posibilidad fue descartada en cuanto Alba me recordó que ese trabajo valía el 30 % de la asignatura, no podía permitirme suspender.

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora