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Carlos:

Bien... no podía parar de dar vueltas a lo que había pasado.

Había besado a Júlia Medina.

Dave había ganado la maldita apuesta a Joan.

Julia había golpeado mi nariz y ahora tenía ligeramente morada la zona de mi tabique y ojos.

Eran las dos de la mañana y no podía dormir recordando el maldito beso...

Estaba completamente jodido...

Me removí por milésima vez en la cama mirando hacia el techo de mi habitación en penumbras. Luego de haber ido a dejar a Júlia a su casa había vuelto a la mía, no habían pasado ni cinco minutos cuando Joan había mandado un mensaje pidiendo detalles para saber cómo era Julia en la cama... e iba en serio, el jodido cabrón daba por hecho que me había llevado a la puta cama a mi compañera de baile. De pronto, más que joderme los huevos el que Joan apostase con Dave algo como si besaba o no a Julia, me molestaba el hecho que pensara que...

Olvidarlo, jamás lo entenderéis.

Ni yo me entendía totalmente en este momento.

- Joder...

Me estaba comportando como una maldita marica, una niñata desvelada pensando en el beso dado horas atrás.

Vergüenza.

Pero era inevitable hacerlo, sobre todo porque había algo importante que considerar en todo el asunto: besar a Julia me había gustado... y eso me tenía jodidamente cabreado y también lleno de una sensación de... emoción algo extraña; era como descubrir una nueva cosa interesante... un nuevo secreto en el que quería explorar...

Maldita la hora en que había nacido como un jodido curioso.

"Des-pa-cito
Quiero desnudarte a besos despacito
Firmo en las paredes de tu laberinto
Y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito

- Que demo...

Quiero ver bailar tu pelo
Quiero ser tu ritmo
Que le enseñes a mi boca
Tus lugares favoritos..."

Miré la hora del reloj de la mesita de noche, dos y veinte de la mañana y la casa retumbaba a causa de la música que venía precisamente de la pieza de Andrea. ¿Qué había hecho para merecer la tortura de tener a Andrea viviendo en mi propia casa?

- ¡Andrea!- grité con todo lo que me dieron los pulmones, pero la maldita canción pop seguía retumbando en mis oídos, ni siquiera la tonta tenía buenos gustos musicales.- ¡Andrea!- volví a gritar pero supe que era inútil, era otro de sus berrinches y formas de vengarse conmigo por no haber ido al baile con ella, lo sabía, y es que durante toda la puta semana había estado tratando de joderme con cosas como esas, pero decididamente ya se estaba pasando.

Me levanté de un salto de la cama y me dirigí a paso rápido hasta su habitación, ni siquiera me di el tiempo de tocar y abrí la puerta así sin más, para encontrarme con una visión bastante... inesperada: Andrea, -sí, mi ex prometida y prima en segundo grado Andrea.- besándose con un tío, en su cama, acostados, y ella con su vestido a medio subir, mostrando casi en su totalidad las piernas....

No supe muy bien cómo pero un segundo me encontraba en la entrada de la habitación, y al siguiente estaba golpeando al sujeto en el rostro y tirándolo al piso de la habitación.

- ¡Carlos!- escuché a Andrea chillar pero la ignoré.

- ¡Vete de aquí hijo de puta antes que te rompa la cara!

- ¡Carlos, detente!

- ¡Tú no me hables!- la apunté.

Me zafé del agarre de mi prima y me lancé sobre el sujeto pateándole el estómago sin ningún escrúpulo.

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora