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Estoy segura que queréis  odiarme, es más, asesinarme, pero debéis  creer cuando os digo que cuando alguien te da un beso a la fuerza y además te toma así de desprevenida, la situación dista mucho de ser romántica o perfecta, es más, el cerebro humano entra en un estado de alarma y pánico y te hace hacer cosas que... bueno...

Sí, vale, golpeé por segunda vez a Carlos Right, y de manera no muy sutil que digamos...

Errr...

En la nariz, sí...

Algo así como un puñetazo...

- ¿Qué demonios haces?- me gritó mientras tomaba su nariz con las dos manos.

- ¿Qué demonios es lo que tú haces,Carlos? – estallé, él no era nadie para venir a reclamarme nada- ¿Por qué me has besado?

Odio. En serio, en su mirada había odio intenso y puro dirigido sólo a mi, sus ojos me enfocaban de una manera tan penetrante e intensa que estaba segura que en algún momento mi cabeza saldría disparada de mi cuerpo, lo cual hacía todo más confuso, ¿por qué me besaba si me odiaba? porque Carlos me odiaba, no podía dudarlo si quiera.

- ¡Para que te quedases callada de una buena vez!- gritó haciéndose escuchar por sobre la música.

- ¡Eres un estúpido!

- ¡Y tú una marimacha de lo peor, ahora entiendo por qué nadie ha querido darte un beso real en tu vida!

Abrí y cerré la boca en gesto mudo. Una cosa es que yo me supiera una completa novata en eso de tener novio y dar besos... y otra cosa muy distinta es que te lo gritasen en la cara añadiendo además el calificativo de "marimacha". Hice una mueca y me volteé, alejándome de ahí, sentí la mano de Carlos sosteniendo mi brazo pero me zafé de su agarre como pude y corrí, perdiéndome entre la gente y deseando largarme lo más pronto de ahí.

Maldito baile.

Estúpido Carlos...

No me detuve hasta que hubo alcanzado uno de los patios interiores del colegio, que por cierto estaba parcialmente cubierto de nieve, al parecer mientras me encontraba dentro del gimnasio había comenzado una tenue nevada. Me senté en uno de los bancos y abracé mis piernas tratando de serenarme. Casi sin darme cuenta mis manos habían ido a palpar mis labios, los mismos que él había besado con tan poca sutileza...

Había tenido mi primer beso con Carlos Right.

¡Con él!

Humedecí mis labios e inmediatamente mi cerebro me engañó trayendo los recuerdos del instante exacto en que los labios de Carlos se posaron sobre los míos... Un hormigueo extraño se apoderó de mi mientras sentía mi estómago dar una leve sacudida. ¿No era que me gustase Carlos,verdad? Era porque simplemente había sido un beso ¿no?, los besos te dejan y se sienten así ¿cierto?

Eran demasiadas preguntas y con cada una me enredaba más y más.Carlos me había besado –para callarme- pero lo había hecho de todas formas, sus labios habían alcanzado a atrapar los míos, acariciándolos... inevitablemente me puse a pensar qué hubiese ocurrido si yo no me hubiese alejado golpeándolo... ¿Carlos hubiese continuado besándome?

Carlos te besó para hacerte callar...

- ¡Te dijimos que te mantuvieses alejado de él!

Me volteé rápidamente y nuevamente las gorilonas estaban casi encima mío, aunque esta vez fui más rápida y me levanté de un salto, poniendo al menos unos metros de separación entre ellas y yo. ¿Qué les ocurría a las chicas de instituto? ¿De pronto eran matonas profesionales y todo por un chico?

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora