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Carlos:

- Así que... ¿te la tirarás?

Miré a Joan y tuve ganas de pegarle una patada en los huevos y que se dejara de joder de una buena vez, estábamos en mi habitación,Joan volvía a estar en mi ordenador como siempre lo hacía cada vez que visitaba mi casa, una fijación por mantenerse en línea incluso cuando no estaba en casa, yo como era usual sobre mi cama, mirando la asquerosidad de programas de televisión, sin ánimos de dejar algún canal fijo.

Contarle a mis amigos la puta idea de tener una novia ficticia había sido una puta molestia, en primer lugar porque Dave saltó mirándome raro, "¿por qué tener una ficticia si puedes tener una real?" ¿En serio eran tan imbéciles? ¿Cuándo había querido yo tener una novia de verdad? ¿Cuándo había mostrado el más mínimo interés por enrollarme con una tía en algo serio? Lo bueno de todo esto con Julia era precisamente eso, todo era una farsa, no tenía que soportar a una absurda niñata con complejos de lapa conmigo, no tenía que invitarla a salir si no quería, ella no tenía por qué venir a mi casa porque me extrañaba y no teníamos que llamarnos para controlarnos nada, y lo más importante de todo: al fin se me quitaría esa maldita... "obsesión" por mi compañera de asiento, porque sí, lo aceptaba, estaba algo fijado en ella, supuse que era por la sencilla razón de considerarla en cierta forma tan fuera de mis límites,Julia Medina representaba todo aquello que yo nunca había considerado en una chica, era una especie de reto personal y medida a tomar para volver a ser un sujeto normal.

Despues de pasar tiempo con Julia y besarla cuantas veces quisiera se me quitaría ese... extraño interés por ella, sí, ese era el plan. Un par de semanas, un mes a lo mucho... y luego nos inventaríamos algo para separarnos, ella de seguro se liaría al tal Javi –porque yo la dejaría experta en eso de atraer chicos- y yo volvería a mi cómoda soltería. El plan perfecto.

Joan se volteó en la silla cruzando los brazos, como esperando mi respuesta. Giré el cojín entre mis manos.

- No se...- respondí, era la respuesta más sensata para darle a Joan, si le decía que no, preguntaría por qué no, si le decía que sí comenzaría a hincharme las bolas sobre cuándo y cómo lo haría, como la embaucaría y demases... porque estaba claro que si estaba en mi plan tirarme a Julia antes de acabar la farsa tendría que hacerlo antes del mes de terminar todo.

- Jo... tienes a la tía en la posición perfecta y tú te la piensas...- bufó y rió al mismo tiempo- ¿En serio te la estás pensando cuando tienes el pase libre para venderle el cuento a esa chica y tenerla en tu cama? Además, sois novios ¿no? – comentó con una sonrisa que francamente era malévola. Rodé los ojos, no es que Joan fuese malo, simplemente el cabrón tenía una forma muy... personal de ver el mundo y a las tías...

Entonces me sentí algo extraño, la verdad nunca se me había pasado por la cabeza hacer algo más allá que enseñarle a besar y esas cosas... pero ¿tirarme a la chica? corrección, ¿tirarme a la chica virgen? Había una delgada línea entre ser un cabrón como lo era y un maldito hijo de puta.

- No tengo el calendario de actividades a hacer con Júlia, por si es lo que te preguntas...- respondí irónico y saliéndome por la tangente, entonces mi amigo rió y asintió.

- Tienes razón... en esas cosas siempre es mejor improvisar.- asentí.- ¿y? ¿Qué tal besa?

Me sentí incómodo ante la maldita pregunta, ¿qué le importaba a él cómo besaba Julia?

- Tiene lo suyo...- respondí nuevamente siendo evasivo, por suerte Joan parecía lo suficientemente entretenido con su facebook en ese momento como para captarlo del todo.

- Ya me voy...- dijo de pronto.

- ¿Y qué pasó con las birras que tomaríamos más tarde con el resto?

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora