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Abrí los ojos y en la penumbra de la habitación suspiré, supe que era temprano, demasiado temprano, había vuelto a soñar con Carlos. ¿Cómo era posible que mi subconsciente insistiera en traérmelo a flote? Gemí mientras me sentaba y apoyaba mi mentón en mis rodillas, cogí mi móvil y revisé la hora, efectivamente, eran las cinco cuarenta de la mañana apenas,faltaban más de dos horas para estar en la escuela. Me quedé pegada mirando la pantalla, entonces como por inercia fui a los mensajes de texto en la bandeja de entrada, los últimos De Alba, uno de Sabela, otro de Marilia, más de Alba de hace algunas semanas atrás, seguí viendo los más antiguos y entonces... todos hacia abajo eran de Carlos, todos, absolutamente todos.

"¿Has despertado ya? Julia son las siete de la mañana, recuerda que hoy nos toca presentar a primera hora".

"Hey, ¿qué haces? Estoy cerca de tu casa..."

"Nunca vayas al restaurante que está junto a la tienda de discos que fuimos el otro día, es una mierda"

"¿Por qué mierda sale que te llamé a las cuatro de la mañana? ¿Lo hice? ¿Respondiste? ¿Te dije algo? RESPONDE"

"No seas bruta y termina la guía, me niego a tener una compañera de asiento tan burra para las matemáticas"

"Hoy lo pasé bien."

Sonreí por inercia, sí, recordaba ese escueto mensaje que me había sacado una enorme sonrisa al recibirlo una noche, habíamos alquilado unas películas y comido palomitas dulces hasta reventar, todo el día había estado lluvioso y no había nada mejor que hacer durante la tarde, había invitado a Alba pero no había podido ir por lo que pasamos toda la tarde juntos en su casa... hasta que en algún punto me había quedado dormida en la mitad de la tercera película... y había despertado tapada con una manta.

- Duermes como un tronco.

- Que pesado.

- En serio, te toqué los ojos sólo para probar y no despertaste jamás.

- ¡Hey! No vuelvas a hacer eso.

- ¿Qué? Ni siquiera moviste un pelo, eres bruta hasta para dormir.- comentó él con una sonrisa que me hizo sonreír a mi, aún cuando me llamase una bruta.

- Tú eres el único bruto y troll.

- Bueno. ¿te llevo? Ya es tarde... no puedes irte sola.

Me sentí mal, no podía negar que lo extrañaba, incluso siendo el...gilipollas que había sido conmigo, por su culpa mis días en la escuela habían sido un infierno, desde que era la "cuernuda" las chicas que antes me amenazaban ahora se reían, y juro que trataba de ignorarlas, de ser fuerte tal como me lo decía Alba, pero yo no era como ella, yo no era tan segura de mi misma ni tan confiada, a mi me costaba más siempre... sobre todo porque una parte de mi no sanaba... ¿por qué me dolía tanto el hecho que Carlos hubiese salido de ese baño con esa chica? Quería creerle, por un lado quería creer que todo había sido un mal entendido, pero eso no tenía sentido... tal como me lo repetían un montón de chicas en la escuela ¿qué sentido tenía que Carlos me "prefiriera" a mi? ¿Me importaba que me prefiriera a mi... o más bien que no lo hubiese hecho?

Y ahí, en la semi oscuridad de mi habitación aún con el último mensaje en la pantalla supe la respuesta, una claro y enfático sí, me importaba y mucho... Los dioses sabían que había tratado de ignorar lo que mi mente comenzaba a fantasear sin siquiera que yo me percatase de aquello mientras estaba con él, todo había partido por Javi, por mi interés por él, mis ganas que se fijara en mi...

¿Lo más decepcionante de todo? Después de que al fin logré que nos conociéramos más a fondo comprender que podíamos llegar a ser buenos amigos, nada más, toda esa chispa que creí sentir por él, esas mariposas, esa ilusión, esa magia, todo esto estaba en mi cabeza y en mis ilusiones por idealizarlo demasiado... Javi era un sujeto como cualquiera, con un gran corazón, pero un gran amigo, no podíamos ser nada más. Era imposible no sonreír irónicamente, todos los líos y complicaciones que había tomado por atraer un chico que más que nada existía en mi mente.

CUANDO FUIMOS NADA||JulrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora