Las cinco y diez. Álex llegaba tarde.
Llevaba varios minutos en Rocky Road, esperando a que el chico apareciera. ¿Y si al final no venía? A lo mejor me había avisado por whats. Cogí el móvil y lo miré. No, ningún mensaje suyo. A lo mejor sólo llegaba tarde y punto.
Como si quisiera dar la razón a este último pensamiento, Álex apareció por lo lejos, saludándome con la mano efusivamente. Yo le devolví el saludo, y cuando llegó a mi altura, nos dimos dos besos y entramos.
- ¿Qué quieres? -me preguntó una vez dentro, mientras hacíamos cola en la barra-.
- Mmm... -pensé un momento-. Una tarrina de Rocky Road.
- ¿Sí? -preguntó el dependiente, interrumpiendo nuestra conversación-.
- Dos tarrinas de Rocky Road, por favor -respondió Álex, dejando un billete de diez euros en la barra. Yo le clavé una mirada asesina, que él respondió con una gran sonrisa-.
Cuando nos hubieron dado y cobrado los helados, buscamos una mesa en la que poder sentarnos. Al encontrar una, situada al fondo del local, nos dirigimos hacia allí en silencio.
- ¿Qué tal esta mañana con Sergio? -preguntó Álex, varios segundos después-.
- Bien, bueno...
Sin pensármelo dos veces, empecé a explicarle con detalle lo que había sucedido aquella mañana, respondiendo a sus preguntas de vez en cuando. Una vez acabé, Álex tomó el relevo de la conversación.
- No debes preocuparte por él. No creo que haya sido tan frío a propósito. Con todo lo que le está pasando, lo raro sería que no lo fuera. Y en cuanto a los vómitos, yo también creo que es demasiado temprano para presentar el síntoma. Pueden ser por cualquier otra cosa. ¿Has comido algo diferente estos días?
Pensé un momento.
- Creo que no.
- ¿Al menos fuera de casa?
- No...
Álex colocó su mano encima de la mía.
- No te preocupes -dijo dulcemente-. Estoy seguro de que hay otra explicación.
Me di cuenta de que había evitado decir la palabra embarazada, cosa que agradecí.
Seguimos comiendo el helado en silencio, cada uno inmerso en sus pensamientos, hasta que lo recordé.
- Álex -él levantó la cabeza al oír su nombre, y al tener la boca llena de helado, sus intentos de hablar quedaron frustrados en un par de musitaciones-. Ahora lo estaba pensando. ¿Qué me tenías que contar?
El chico tragó el helado que tenía en la boca de golpe, haciéndole toser con fuerza. Hice ademán de levantarme, pero él me negó el gesto con la mano, mientras con la otra se agarraba el cuello. Segundos después, la tos cesó.
- ¿Estás bien? -le pregunté preocupada-.
- Sí, tranquila.
Esperé a que siguiera hablando, pero al no decir nada, continué yo.
- ¿Y bien?
Suspiró, apoyando los codos en la mesa y tapándose la cara con las manos, gesto que me recordó al de Sergio en el sofá de su casa aquella misma mañana.
Segundos después, se apartó las manos de la cara y buscó mi mirada, que estaba clavada en él. Después de otro suspiro, dijo algo que me cogió totalmente desprevenida.
ESTÁS LEYENDO
Clara (título provisional)
Romance¿Y si empezaras el nuevo curso con una foto tuya ebria rondando por todo el instituto? ¿Y si descubrieras algo muy importante acerca de tu mejor amigo que nadie sabía hasta entonces? ¿Y si tu forma de ver el amor cambiara gracias a la persona menos...