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Salí de la clínica y me encaminé hacia el coche. No tardé en poner mi playlist de reggaetón para hacer el corto viaje hasta mi casa de manera animada. Había llegado el viernes y aunque a mí me apetecía descansar, aquél fin de semana no iba a ser posible: eran las fiestas del pueblo.

Todos los años era lo mismo: el viernes hacían una cena popular que acababa en un pequeño concierto y un Dj para rematar la noche; el sábado había un aperitivo gratuito a las doce del mediodía, y más conciertos por la noche, aunque los más jóvenes solían ir al Spice; y el domingo tocaban las celebraciones más religiosas y baile para la gente mayor por la tarde.

Hacía días que no salía de fiesta y aquello no estaría mal, aunque no estaba en el mejor humor. Llevaba toda la semana viendo entrar y salir a Ana y su novia de casa, y no veía el momento en el que la rubia tuviese que volver a Barcelona. Tendría que seguir viendo a Ana, pero por lo menos, no la vería besarse o hacer manitas con cualquier otra persona que no fuese yo.

La música se interrumpió cuando recibí una llamada y respondí al manos libres, sin mirar realmente quién llamaba porque estaba ocupada incorporándome en la autovía.

—¿Sí?

—¡Hola Leona! —saludó Agoney.

—¡Amiga! —sonreí al escuchar su voz. —¿Qué hay?

Pues nada, haciendo la maleta del finde porque en unas horas Raoul y yo salimos de Madrid y nos bajamos al pueblo —contó el canario.

—Pues yo estoy yendo ahora, acabo de salir del trabajo. Por cierto, ¿qué hacemos hoy? ¿Cenamos en casa de Raoul como todos los viernes o nos vamos a la cena popular?

—Claro, sí, por eso te llamaba. Hemos dicho que podemos cenar en casa de Raoul, y luego irnos a la plaza Mayor que habrá un Dj.

Aquello era más al estilo Las Amigas. Que nos parecía muy bien estar con todo el mundo, pero nuestros ratos a solas como grupo, no nos lo quitaba nadie. Algo quedaba aun de aquél grupito inaccesible para algunos, por mucho que yo y Nerea nos hubiésemos abierto más al relacionarnos con otra gente en su momento.

Siempre íbamos a conservar nuestra esencia.

—Perfecto. Aunque seguramente, a Mireya la necesiten en la barra —obviamente, Cafetería Salva se ofrecía para poner la barra en la plaza, el viernes y el sábado.

Ya, lo he pensado. ¿Y Nerea? ¿Se irá con Aitana o vendrá con nosotros?

Bufé.

—Pues no lo sé, amiga. Espero que venga con nosotros, pero Aitana cena en la plaza con mis tíos y mis padres, así que...

—Bueno, la voy a llamar ahora y a ver si la convenzo, que son más pegajosas...

—No sabes hasta qué punto —protesté en tono jocoso. —Aunque hablando de parejas, quizás venga Héctor a cenar. ¿Os importa?

—No, qué va. Una vez al año no hace daño —se rió Agoney. —Ya contaba con que al ser fiestas te lo traerías.

—Perfecto —respondí contenta. —De todas formas no creo que tarde mucho en irse porque el día siguiente tiene que ir a entrenar.

—Ningún problema. Oye, te dejo Miriam, que Raoul estará al llegar.

—Vale, nos vemos esta noche.

—Hasta luego, guapa.

—Hasta luego Ago, te quiero.


Aún me tienes. QLBEPL2 🦋 || WARIAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora