Por un partido de hockey 2

Cap 2

Estaba en la biblioteca leyendo un libro para una tarea cuando siento que alguien toma mis hombros y me besa, esos labios los conocía perfectamente eran de Ross tan suaves y delgados, son simplemente perfectos. Continúe el beso, nos separamos por falta de aire.

–Hola amor... –Dije finalmente para luego hacerle una seña para que tomara asiento.

–¿Qué haces preciosa?

–Pues leer, creo...

–¡SHHHH!–Nos interrumpieron, estábamos en la biblioteca no teníamos permitido hablar.

–Vamos afuera...–Susurre, después tome mis cosas, la mano de Ross y salimos corriendo.

–Te amo, te extrañe...–Me tomo de la cintura y me cargó.

–Yo también te extrañe...

–Soñé contigo...–Me beso.

–Me parece genial, espero no haya sido un sueño húmedo. –Reí era muy estupido mi comentario.

–Jajaja, creo que eres una chica muy sucia, cosa que también me gusta de ti. –Me sonroje.

Tocaron era hora de entrar a clase.

–Hey bonita, te amo, nos vemos al rato.

–Bye amor.

Nos dirigimos hacía direcciones opuestas, teníamos que entrar a clase.

Saliendo de la escuela nos fuimos a casa, quedé de ayudarle a una tarea de álgebra.
Al parecer no había nadie en casa, mamá estaba en el trabajo y Noah iría a casa de un compañero a hacer tareas.

Nos encontrábamos en la sala, Ross se veía tan lindo escribiendo, así que le tome una fotografía y luego me le quede viendo como tonta enamorada, pero después algo pasó conmigo que le arrebate el lápiz...

–Hey ¿qué pasa amor?–Dijo Ross con confusión.

–Al carajo con el álgebra. –Me abalancé hacia él y lo besé salvajemente.

Él correspondió mi beso y nuestras lenguas comenzaron una batalla. Salió un pequeño gemido por mi parte cuando mordió mi labio. Nos separamos por falta de aire.

–Ross... –Le susurre cerca de los labios.

–Dime linda.

–Quiero perderla contigo.

–¿Segura?

–Si.

–¿Ahora?

–Vamos.

Subimos a mi habitación y aunque estaba segura, tenía nervios jamás había tenido relaciones sexuales en mi vida, pero siento que Ross es diferente, es especial, es lo mejor y lo amo demasiado. Antes de llegar a mi habitación, en el pasillo me besó, no podía soltar sus lindos labios así que caminamos así hasta llegar a mi bendita puerta que quedaba a algunos pasos, cerré la puerta con seguro, nos quitamos los zapatos y comencé a desabrochar su cinturón y sus jeans, el seguía besándome, pero al sentir el contacto de mis manos cerca de su ya notable erección se separó.

–Wow cariño, esto es más tranquilo, tiene que ser especial, aunque creo ya notaste lo intenso que me pones.

–Okey, ¿tú harás todo?

–Dejalo en mis manos.

Despues de dejar un corto beso en mis labios bajo hacia mi cuello, lo que provocaba demasiadas sensaciones en mi cuerpo, me cargó y me depósito cuidadosamente en la cama  siguió besándome hasta que me quito la playera, se quedó admirando mi cuerpo por un momento haciendo que me sonrojara.

–Eres más que perfecta Grace. –Volvió a besarme.

Se quitó también la playera dejando ver su marcado abdomen, con la yema de mis dedos recorrí con delicadeza cada línea de su abdomen era más que perfecto.
Nos volvimos a besar hasta que se escucho un ruido en la puerta de entrada, deje de besarlo.

–Mierda... Creo que llegó mi mamá o Noah.

–¿Y esto? –Señalo su entrepierna.

–Vístete, entra al baño y sí mi mamá sube diré que vine por algunos libros para ayudarte con el trabajo.

–Ok. –Nos dimos un último beso. –Te amo. –Dijo mientras se metía al baño de mi habitación junto con sus cosas.

Me vestí rápidamente, acomode la cama, trate de peinarme haciendo que todo se vea normal, pero ahora no sabía cómo quitarme lo sonrojado de la cara, realmente ya comenzaba a hacer calor. Tome mi bombilla de agua y me eché en la cara, abrí la puerta y después cuando comencé a escuchar pasos en el pasillo hice como si estuviera buscando algo en mi mochila.

–¿Grace?

–Hola mamá. –Salude, estaba un poco nerviosa, porque quién sabe que tanto estaba haciendo Ross en el baño tratando de deshacerse de su pequeño (gran) problema.

–¿Que haces? –Pregunto, creo que provocaría que me dieran más nervios.

–Vine a buscar algunos libros para un trabajo de álgebra de Ross.

–¿Y Ross?

–En el baño, creo que se siente un poco mal del estómago, a lo mejor comió algo en el instituto que le cayó mal. –Invente todo ese rollo para que se vea más creíble y tapar las sospechas de mi mamá.

–Bien, nos vemos abajo, para comer.

–Ahora vamos. –Dije, si que esto se había salido de control. –¿Todo bien allá adentro? –Dije tocando la puerta del baño.

–Pasa. –Se abrió la puerta.

–¿Y bien?

–¿Crees que ésto está bien? –Dijo señalándose. –No se puede bajar, está duro y comienza a doler.

–Si te doy un beso crees poder aliviarte? –Reí, él me fulminó con la mirada.

–Vamos solo hay que pensar en carros que chocan, en cosas que se rompen en... No puedo olvidar lo que casi pasaba está tarde.

–Ross, relájate y respira, échate agua fría a lo mejor así vuelve a dormir Ross Junior. –Volví a reír, no lo ayudaba demasiado, no hice ningún tipo de contacto con él ya que nada de esta situacion se controlaría.

–Muy bien, que bueno que le dijiste a tu mamá lo de mi estómago, así tengo más tiempo, tu solo baja, ahora te alcanzó.

–¿Tu harás, lo que creo que harás?

–No hay otra opción, a menos que quieras que baje, tú mamá me vea así, y piense lo peor.

–Ok, tardate el tiempo que creas necesario, y no hagas ruido.

–Dame un cojín o algo para taparme la boca.

–Uy Ross, ¿tan duro gritas? –Lo mire con cara perver.

–Amor no estás ayudando en nada.

–Ya perdón te dejo. –Le aventé el cojín y bajé. Cómo después de 10 minutos que parecieron eternos bajo Ross.

–¿Y cómo te encuentras? –Dijo mi mamá.

–Creo que mejor señora. –Dijo Ross para luego voltearme a ver y sonreír picaramente.

Comimos y luego mi novio tuvo que marcharse.