CAP5

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Es tan hermosa la vista.
El sol, el oceano, la arena y este jugó de manzana, tan delicioso, ¿Que más podría pedir?.

Nunca he podido ir a la playa y estar ahora en una tan hermosa es simplemente magnífico.

Pero siento que falta alguien para que esto sea la felicidad absoluta.
Y es en ese momento siento, de nuevo, esos fuertes brazos que me abrazan por la cintura.
Pero esta vez cuando giro mi cabeza y levanto mi mirada, el sol me siega haciendo que cierre los ojos para regular mi vista; y cuando vuelvo a abrirlos... Ya no hay nadie a mi lado.
Lo buscó con la mirada para ver si todavía está a la vista y logró verlo a lo lejos caminando.

Corro para alcanzarlo, y justo cuando me faltaba poco. Escucho que me llaman a lo lejos.

-Minho... ¡Alteza!

-Felix no grites, su alteza Minho no está despierto aún.

-Lo siento Jihyo noona. Pensé que estaba despierto, parecía que había parpadeado.

-No te preocupes Felix.

¿Que rayos esta pasando? ¿De nuevo me interrumpen el sueño? Porque justo en el momento en el que quiero verle la cara al tipo ese. Pareciera que el mundo no quisiera que sepa quién es.

-Oh! Su alteza, ¿Desde hace cuanto esta despierto? ¿Se siente mejor? Felix anda trae una taza de té rápido, porfavor. - Pide Jihyo y el chico, que supongo que se llama Felix, sale rápidamente del cuarto.

Esperen ¿En que momento llegue aquí? ¿No estaba en la sala con el Príncipe? Pero antes ¿Donde está el Príncipe?

-Su alteza Minho acuestese bien. - Me pide Jihyo. - Felix esta por traer su té.

Hago lo que dice, pero aún tengo tantas preguntas que hacer y la más importante es... ¿Que me pasó?

Miro a Jihyo para ver si me puede dar alguna explicación sobre todo ésto.

-Alteza se que tiene muchas preguntas pero ni bien llege Felix, y se tome su té, le explicaré todo. ¿Entendido? - Me dice Jihyo.

Yo asiento y espero a que aparezca ese tal Felix con mi té. Lo cual no fue bastante ya que solo pasaron 5 minutos cuando tocaron la puerta y Felix entrara con una bandeja con el té y unos panecillos.

No me había dado cuenta de cuanta hambre tenía hasta que se escucho el sonido que hizo mi estómago.

Bajé mi mirada apenado y sentí que mis mejillas se ponían rojas de la vergüenza. ¿Por que siempre a mi? ¿Que te hice Dios?.

-No se avergüenze Alteza Minho, - Alzo mi mirada al escuchar a Felix decirme eso. - También me ha pasado. - Concluye con una sonrisa.

-Lo siento, no pude comer algo antes de que todo esto pasará. - Les explique.

-No se preocupe alteza.- Dice Jihyo - Felix acercale el té y los panecillos a la Alteza Minho.

Felix asiente y se me acerca para entregarme el té y un panecillo.
Yo tomó un sorbo del té, que era de canela con miel, y luego muerdo el panecillo relleno de dulce crema.

El principe y Minho (En Corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora