Me And The Devil

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La primera vez que lo vio sintió un gran miedo apoderarse de ella,estaba sentada en su cama, su cuerpo se congeló, no podía moverse, hablar o siquiera respirar bien, el miedo la paralizó, un frío en la habitación hizo que sus vellos se erizaran, escalofríos desde el inicio de su cabeza hasta la punta de sus pies, y no, no era por el hecho de haber despertado a las tres en punto de la madrugada encontrándose a un hombre que ella nunca había visto en su vida, mirándola fijamente, parado al lado de su cama, y menos cuando ella vivía sola y no había dejado entrar a nadie, si no por algo más, cuando él se presentó.

-¿Por qué ahora me temes, Rey?- preguntó aquel hombre que desprendía un aura escalofriante- ¿Es porque soy el diablo, como ustedes los humanos suelen llamarme?- otra pregunta, que lejos que hacer responder a Rey, hizo todo lo contrario aumentó su miedo ante lo dicho por aquel hombre.

El hombre que decía ser el mismo mal, era alto, de cabello negro como su alma, piel clara y unos ojos que dependiendo de qué punto los miraras era el color que tenían, de unos treinta y cinco años si no es que por lo dicho podría tener una eternidad disfraza de juventud, sin necesidad de moverse de su eje, hizo que la silla que se encontraban frente al escritorio de la habitación se colocará a un lado de ella, los ojos de Rey al fin se movían, y quedaban más abiertos, aquel hombre tomó asiento, alzó una mano y acarició la mejilla de Rey, su toque era cálido tan caliente como si tuviera fiebre, siguió acariciando, Rey no podía aparte la visita de sus ojos, la mano del diablo como ahora Rey lo llamaba en su mente, bajo, pasó por su cuello y rozó suavemente su seno, provocando la reacción de su cuerpo.

-Te voy a hacer recordar cuando nos vimos por primera vez- dijo el hombre, Rey cayó en un sueño profundo cuando él terminó de hablar.

Solo con el accidente terrible que tuvo hace seis años y del cual apenas se venía recuperando, el reloj marcaba las cinco de la madrugada en punto, ella y su grupo de amigos salían del bar con intenciones de volver a casa, pero como el todo grupo de amigos había uno que al pasarse de copas solía ser agresivo y a la salida del bar, en una calle nada concurrida por la hora,se encontraba un vagabundo un señor ya muy mayor que se notaba apenas podía moverse, se quedó mirando a la jóvenes y a su amigo no le gusto nada así que lo encaró.

-¿Que tanto nos mira viejo de mierda?- gritó el amigo de Rey y camino al anciano- ¿Es por nuestras amigas, estás de enfermó mirándolas para después poder pajearte?- se acercó al hombre lo tomó de los hombros y lo aventó al suelo.

-solo pasaba por aquí, no quiero problemas- dijo el anciano tratando de levantarse,pero el otro sujeto no lo dejó, comenzó a patearlo fuertemente.

-¡Basta, Poe!- gritó Rey al ver que nadie ayudaba y sus demás amigos solo se reían- no ves que apenas puede defenderse- empujo a Poe y este la miró mal, se alejó y fue al carro- le pido una gran disculpa por él, sé  que no tiene justificación, suele ponerse así cuando toma de más- sacó una toalla húmeda de su bolso y la paso por la cara del hombre- ¿Puedo acompañarlo a un hospital si quiere?, yo pagaré- el hombre negó y se puso de pie- tenga- dijo Rey dándole una cantidad de dinero suficiente para que pudiera comprar algo de comer- ¿Seguro que está bien? En verdad me molesta lo que le hizo mi amigo- el anciano solo volvió a afirmar con la cabeza, el sonido del claxon hizo que Rey volviera su vista al carro.

-¡Vamos Rey, o te quieres quedar!- gritó su amiga Rose, quién era el conductor designado.

-ve, estoy bien- le dijo el hombre y ella partió al auto con tranquilidad.

Apenas habían cruzado un par de calles para entrar a la autopista, que era el camino más rápido a casa, iban platicando y riendo,un segundo la vista de Rose se despegó de la carretera para tomarse una foto, un auto que venía en sentido contrario los impactos, provocando que ambos autos dirán tres vueltas completadas, el auto que impactó quedó volcado con todos los vidrios desechos, y el conductor fuera del auto sin vida, el auto donde iba Rey y sus amigos quedó de igual manera, nadie había salido del auto, pero la mala suerte estaba con ellos, pues el auto quedó cerca del límite del puente y por el peso cayó, al barranco.

Rey llegó de urgencias al hospital, su vida pendía de un hilo, 3 costillas rotas,una de ellas había rozado el pulmón múltiples contusiones en sí cabeza, un brazo roto y un par de de dedos rotos, vidrios incrustados y una profunda cortada en la plantilla, provocando por un cristal.

Fue llevada a urgencias, sometida a cirugía, y ahora estaba en terapia intensiva, cuando el diablo entró a su habitación, mirándola al borde la muerte, se acercó a ella, beso su frente y recogió todo el dolor que había en su cuerpo, y se quedó ahí a hasta que despertara.

-Ben- dijo una voz conocida por él -¿Qué haces aquí?- el nombrado volteo a ver quién lo llamaba, era un hombre de su misma altura pelirrojo.

-Hux,estoy cuidandola, estaba buscando diversión cuando uno de sus amigos me agredió, ella me defendió y fue muy amable, además tiene un corazón muy puro, como para morir hoy- concluyó volviendo su vista a Rey, que ahora no tenía rastro alguno del accidente.

-¿Y si ya la ayudaste, porque sigues aquí?- preguntó - ¿Quieres que te la gracias?- Ben negó- cuando despierte estará asustado, ya sabes cómo son los humanos, te tienen miedo, algunos te llaman diablo, otros lucifer, Satanás, he oído tantos nombre, yo prefiero Ben- río un poco.

-no quiere que alguno de mis demonios intenté llevarla- le dijo, ambos fijaron su vista en Rey porque se removió un poco.

-Ben…- dijo débilmente como si estuviera escuchando la plática de los dos.

-solo dejales en claro que no pueden tocarla, eres su amo- le sugirió.

-¿Tú ah qué has venido?- preguntó Ben ignorando la sugerencia de su amigo - ¿Vienes por el idiota de su amigo, me da asco, dice quererla como amiga, pero solo piensa en follarla y no de una forma sana- Hux lo miró, era extraño que su amigo ayudará a un humano sin pedirle algo a cambio.

-me gustaría llevarme al idiota que te molesto- dijo pues Hux era el ángel de la muerte- Pero no puedo, sabes las reglas… vengo por el copiloto del otro auto, tuve que perseguirlos, me vieron,en mi verdadera forma, odio cuando pasa eso, sus almas quedan perturbadas, pero que le puedo hacer- sin más salió de la habitación dejando a Ben mirando a Rey, le gustaba mirarla y ni siquiera el que era el Diablo, sabía el porqué.

Despertó de golpe, sudando, ese sueño, tenía recuerdos incompletos de el, pero ésta vez fue real en verdad pasó, cuando despertó aquella vez en el hospital, a las pocas horas de haber salido de la operación, su cuerpo estaba intacto, sin ningún daño y tenía a todos los médicos del hospital examinando la, queriendo saber el porqué de su recuperación, hasta que una mujer dijo “es un milagro, dios no ha dado un milagro y prueba de su existencia” ella lo creyó y apenas salió del hospital fue a la iglesia de su casa a rezar y agradecer.

“No fue dios” pensó.

-Dios como lo llaman, tiene asuntos mejores que ayudar a los humanos, en realidad se llama Jesús, todos somos dioses, Yo soy un dios- dijo Ben pues leyó los pensamientos de Rey, está lo volteo a ver, pero ya no había rastro de miedo, solo escalofríos

-gracias, gracias por ayudarme ese día- en verdad estaba agradecida, se le hacía raro estar hablando con el diablo pero estaba pasando.

-lo hice porque lo merecías- dijo Ben volviendo a acariciar la mejilla de Rey, desde ahí cada noche Ben solía visitar la casa de Rey, y de apoco el plan de amistad se iba terminando dando paso al amor, entre una humana y el dios del Inframundo.

A Veces no necesitas un pacto para ver al diablo.



Gracias por leer besos

ONESHOT REYLO/DAIVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora