Dangerous Love 2 »jariana

Capítulo 2

"Quiero tener el control"

Actualidad

—¿Así que esos fueron todos los pendientes por hoy? —pregunto tranquilamente mientras le doy un sorbo a mi cerveza.

Elliot le da un último sorbo a la suya y con un pequeño chasquido la deja sobre la mesa de cristal, se inclina hacia atrás en la silla y descansa ambos brazos cruzados por detrás de su cabeza.

—Eso parece.—responde Elliot igual de relajado—. En un par de días nos reuniremos con los niños mimados para hacer que nos entreguen Lake city.—me recuerda y luego hace una mueca satisfactoria—. Contigo siendo dueña de casi toda Seattle no les quedará más opción que aceptar y el asunto por fin quedará zanjado.

—Pronto esta ciudad será completamente mía.—digo con seguridad—. Con tus increíbles ideas para expandirnos y mi implementación en mejorar la calidad de la mercancía, haremos un gran negocio con David.

—¿No crees que el aumento del costo en la mercancía será un pequeño problema?

—Lo has visto por ti mismo Elliot, la calidad lo vale.—le aseguro nuevamente—. Soy buena negociante y olvidas que soy un encanto para el hombre, no por nada viene desde Montana para reunirse conmigo. Créeme él aceptará.—apaciguo sus dudas.

—Oh, no lo dudo.—responde con orgullo, recordando.

*Flashback*

Elliot cruza apresurado de una habitación a otra entre algunas vociferaciones. En lugar de la ropa deportiva con la que estuvimos entrenando, regresa con tan solo un pantalón puesto y como lo hizo segundos atrás, sin ninguna vergüenza continúa cambiándose la ropa, me hace una seña con la mano para que le pase la camisa negra que está a mi lado y se la coloca, acto seguido lanza la ropa usada a su habitación ante mi divertida mirada.

—No me juzgues, no tengo tiempo para acomodarla.—se defiende.

Yo alzo ambas manos en señal de rendición.

—Será mejor que me marche, tengo que atender unos negocios.—dice mientras alcanza un maletín de cuero y lo coloca sobre la mesa—. ¿Podrías cerrar la casa cuando te vayas? Las llaves están sobre la cómoda.—me pide sin despegar la mirada y contando los fajos de billetes.

—Por supuesto.—respondo y aprovechó su distracción para hacerle una pregunta —. ¿Y este negocio que tan peligroso es?

—No mucho, solo me reuniré con un hombre de montana.—responde sin despegar la mirada, concentrado en el dinero.—Aunque siempre algo puede salir mal.—agrega más tarde, subiéndose un costado de la camisa para dejar ver su arma.

Asiento, escuchándolo atenta. Podría ser un buen inicio.

—¿Tan sencillo como entregar el dinero y ya está? —pregunto con interés

—Básicamente. Es solo rutina.—comenta con simpleza sin captar lo que realmente quiero decir.

—Casi como si cualquiera pudiera hacerlo.—está apunto de dar otra respuesta afirmativa cuando por fin le suelto —. ¿Puedo ir contigo?

—Así es... espera, ¿que? —se gira hacia mi con el ceño fruncido y luego niega—. Es muy peligroso por ti.

—Vamos, has dicho que solo es rutina.

—Lo es... para personas como yo.—recalca dramáticamente.

—Sabes que no sería la primera vez que hago algo así.—informo con cierta frustración. Sus ojos marrones me observan atentos mientras debate consigo mismo—. Por favor, Elliot.