Capítulo 3

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"¿Crees que te estás enamorando?"

Minutos después mi iPhone vibra sobre la mesa, lo tomo entre mis manos y checo el brillante recordatorio que al leerlo podría jurar que me da una bofetada en la cara.

Cita 9:00 pm. Compruebo la hora y me percato de que tengo 20 minutos para estar a tiempo.

—Mierda.—suelto y el aparato casi se cae de mis manos por lo que lo sostengo con fuerza, me levanto con brusquedad y busco mi bolso—. Es muy tarde, ¡tengo que irme!

—¿Qué ocurre? ¿otra vez dejaste plantado a tu novio? —bromea Elliot y yo lo fulmino con la miradas

—Cállate.

Con esto último salgo apresurada como alma que lleva el demonio y comienzo a conducir. Tras unos semáforos en rojo y algunas maldiciones por mi parte, finalmente llegó a mi casa, Stella se encuentra ahí leyendo lo que parecen ser apuntes y al verme entrar de aquel modo suelta una risita, la ignoro y me encierro en el baño donde me doy una rápida ducha luego busco entre mi ropa y me coloco un vestido color crema, a una velocidad impresionante termino de alistarme y salgo de mi habitación brincando en un pie para abrochar las correas de mis tacones.

—¿Qué hora es? —le pregunto a Stella.

—9:10. —responde después de comprobar la hora. Estupido tiempo—. ¿Otra de tus prácticas de la universidad? —pregunta burlonamente.

Me detengo solo durante un segundo y levanto un dedo para indicar mi punto.

—Técnicamente es cierto, estoy practicando comercio nacional e internacional.

No es una mentira del todo.

Stella suelta una carcajada y resignada se echa hacia atrás para dejarme en claro que no puede contradecirme.

—Sigo sin entender como te alcanza el tiempo con tu vida de doble agente, es decir, estudiar una carrera, mantener tu negocio y tener novio... eres mi jodida ídola.—dice impresionada, alzando ambas manos y bajándolas en una divertida alabanza.

—No pierdo la cabeza porque la tengo pegada al cuerpo.—respondo un tanto risueña y otro tanto angustiada—. Nos vemos en un rato.

[...]

No dejo de sentirme ansiosa ni cuando entro en el restaurante casi corriendo, me tomo un segundo para recomponerme y peinar mi cabello un poco con las manos. Luego una persona me dirige hasta la mesa donde un chico castaño se encuentra esperándome, se levanta y me recibe con una sonrisa cálida, me inclino sobre él y le planto un casto beso en los labios.

—Lo siento cariño, se me hizo tarde.—me disculpo apenada.

—No te preocupes, me pasó lo mismo. Acabo de llegar.—dice con dulzura haciéndome sentir mejor—. La residencia me tiene muy ocupado, debe ser lo mismo para ti con las prácticas.

Inevitablemente muerdo mi labio.

Odio mentirle y no puedo evitar sentirme culpable cada vez que lo hago.

—Me tienen agotada, pero no hablemos de eso, por favor..., hace días que no te veo.

—Tengo que disculparme por ello.—comenta abatido, acariciando el dorso de mi mano y yo le aseguro que lo entiendo —. Estoy buscando la forma de pasar más tiempo contigo y creo que la encontré.

—¿Cuál forma sería esa Aaron Smith? —inclinó mi cabeza y apoyó una mano en mi barbilla con interés.

—Un fin de semana fuera de la ciudad, ¿que te parece?

Dangerous Love 2 »jariana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora