Camino al Infierno

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 Como desearía que el dicho “Nuevo día, vida nueva” Fuera real, han pasado tan solo 48 horas desde que toda esta mierda comenzó, y han pasado tantas cosas ya. Aún no logro superar ver tanta gente muerta, y pensar que todo esto es por culpa de un descuido de un estúpido científico, por su culpa este podría ser el fin de la raza humana, no soy de desearle el mal a nadie pero ojala allá sido el primer infectado, por imbécil.

 Ahora estoy de camino hacia la ciudad, con la esperanza de encontrar algún sobreviviente o  algún lugar para poder pasar la noche, no he comido, ni bebido, ni descansado hace dos malditos días. Dios, este sendero donde carajos termina?! Me recuerda al de una película, pero en ella, el protagonista muere al final… Intentare que ese no sea mi fin.

 Caminaba lentamente mirando fijamente el sendero, buscando algún haz de luz, que me diera una pista de por dónde podría estar la salida de este laberinto. En cierto punto de mi larga caminata empecé a oír pasos detrás mío, hojas romperse, una respiración tranquila, mierda pero de donde salen tanto? De debajo de las piedras? Apoyo mi mano izquierda sobre el arma del ex comisario que descansaba en mi cintura, no se para que ya que bueno, no sé cómo usar una, pero no creo que sea tan difícil espero… Agudice el oído mientras seguía caminado, era evidente, alguien estaba detrás mío, deslicé lentamente el arma hasta depositarlo en mi mano, en un giro rápido apuntando al frente apunte al “Zombie” que estaba atrás mío, aunque estaba equivocada...

_QUIEN ERES!? – Grite fríamente.

_Mi…mi…nombre es Charlie…por favor…no dispare señorita – Me dijo un pequeño niño castaño de ojos miel, mirándome fijamente con los ojos vidriosos.

_Que haces siguiéndome niño? – Interrogue mientras guardaba el arma. Me esperaba ver a un Zombie mutante, o a un violador serial asesino, pero nunca un niño.

_Lo siento mucho, es que…hace unas horas mis padres fallecieron y la vi pasar y decidí seguirla, iba a hablarle! Pero se adelantó  - Contesto mientras sollozaba, pero a los minutos se secó las lágrimas. – Me…me dejaría ir con usted? No tengo a donde ir…

 Mire por unos minutos fijamente el sendero, el mas allá. Lo dejo ir con migo? No puedo dejarlo acá solo en medio de este sendero, sería un blanco fácil…es que mierda, es solo un niño! Pero no sé si podre cuidar de él, como mucho le enseño a defenderse, pero no sé, devolví mi mirada a los ojitos miel del niño y estos me miraban suplicantes, suspire frustrada.

_Ok, puedes venir con migo, Charlie? – Asintió, me arrodille a su altura – Un gusto, yo soy Angie.

 Me sonrió mostrando una pequeña sonrisa inocente, me pare y retome el camino, con un nuevo compañero.

 Ya se estaba haciendo de noche, deben ser tipo 8 de la noche, mire de reojo a Charlie y se notaba que tenía sueño, debo apurar la marcha y encontrar algún lugar para pasar la noche, pare en seco y agudice el oído, el pequeño me miro raro pero a los segundos capto que hacía y se posiciono a mi lado. Hojas romperse, ramas, pisadas lentas, respiraciones entrecortadas, no estábamos solos. Rápidamente cogí a Charlie de la mano y me escabullí cuidadosamente hacia unos arbustos que había cerca, le hice una seña para que hiciera silencio, en lo posible que no se moviera, me asome por el lado izquierdo del arbusto y vi que eran…luces?

_Son sobrevivientes? – Susurro Charlie quien se encontraba ahora al lado mío espiando.

_No te dije que no te movieras? – Murmure enfadada.

_Lo siento Angie, es que quería ver que sucedía – Susurro apenado.

_Está bien, solo…no hagas ruido – Conteste con la vista fija en las luces, el solo asintió.

Apocalipsis ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora