Capítulo 17

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Salieron de la tienda. De nuevo, Tenten  arrastró a la pobre Hinata   hacia tiendas de ropa y zapaterías. Ella parecía realmente emocionada con esto y Suigetsu  no puedo evitar preguntarse el por qué. Bueno, está bien: no había que ser un genio para saberlo. La chica tuvo un pasado de mierda y seguramente no tuvo la oportunidad de experimentar ninguna de estas celebraciones. Y por algún motivo, pensar en ello, rompió su corazón.

Alguien como Tenten, con esa amplia sonrisa luminosa, por desesperante que pudiera ser, no merecía tanto dolor como el que él había visto en sus bonitos ojos.
Mientras caminaban, Sasuke  se volvió hacia él por un instante.

—Conozco esa mirada —le dijo—. Ni-te-atrevas.

Suigetsu alzó las manos en señal de rendición.

—Tranquilo jefe, es demasiado joven. No estoy tan enfermo. No voy a saltar sobre ella.
«Aún», pensó. No lo dijo. «Quizá en dos años...».

—Bien, porque ya tuve que sacar tu culo del fuego por lo de Karin. No lo arruines.

Suigetsu  alzó ambas cejas.

—Oh, ¿y por qué tú puedes follar con la perra chillona y yo no?

—¿Quieres follar con Sakura ?

Suigetsu  negó estremeciéndose.

—Mierda, ¡no! Tú sabes de qué estoy hablándote.

Sasuke  se encogió de hombros, con las manos en los bolsillos.

—Eso es solo una desafortunada excepción.

—¿Y cómo es eso?

Sasuke resopló poniéndole los ojos en blanco.

—Obito  piensa que es divertido.

Suigetsu silbó.

—Oh, tu pobre culo.

—Algo así. —Miró su reloj—. ¿Te apetece comida italiana?

—Estereotipos, estereotipos... —Rio por lo bajo—. Síp, italiana está bien.

—Minino mañoso.

Suspirando, Sasuke los condujo hacia un restaurante italiano, donde podrían conseguir algo de comer, antes de regresar a casa. En realidad Suigetsu  prefería la comida latina, con sus sabores exóticos que explotaban sus papilas gustativas. Pero italiana estaba bien por hoy.

Cuando estaban a punto de llegar al restaurante, una voz paralizó a Sasuke haciéndolo maldecir entre dientes.

—¿Sasuke ? ¡Sasuke !

«Mi maldita mala suerte». Sakura Haruno, perra del demonio y amante ocasional del Colmillo. Suigetsu aún no podía entender por qué no la dejaba. ¿Acaso era masoquista? La mujer no solo estaba tan loca como una maldita cabra, sino que era una muy-celosa-y-demente-psicótica que tenía ideas equivocadas sobre ellos.

Como fuese, este no era su problema para resolverlo.
Aún así, no pudo evitar reírse de la situación.
Ella no estaba sola, sino con su mejor amiga: una rubia pechugona de ojos azules que los miraba con el entrecejo fruncido. Ah, las bondades de la vida...

—Estamos completos, para la fotografía familiar, ¿uh? —murmuró al oído de Sasuke .

Sasuke  resopló dándose vuelta e inclinó la cabeza hacia ambas mujeres.

—Sakura , Ino —dijo.

Ino le frunció el ceño.

—Oh, pero si es el Capitán Amabilidad, qué sorpresa.

BESTIA  (Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora