Pánico. Diciembre, 2018(1)

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Narra Júlia

Antes de sentarnos en el comedor, nos pidieron que nos dirigiésemos a la zona de relax, en los sofás. Se excusaron, alegando que faltaba arreglar las mesas. También habían ampliado horario de la visita, en consideración a los concursantes que habían solicitado irse. Nos habían pedido que mediáramos.

Sofía se sentó al lado de Sabela, con los brazos cruzados, rostro muy serio, boca cerrada y sin prestar atención a lo que le decía. En ningún momento deje de agarrar la mano de mi pareja. La percibía muy temblorosa. Me la cogió fuerte, no ocultándome lo mucho que le estaba doliendo el desplante de su hija. A mi otro lado estaba Jésica, que miraba de reojo a las otras dos. La situación era tensa. Intuí que necesitaba hablar en privado.

- Mama te veo muy hermosa. Tus ojos te brillan. Nunca antes te había visto tan feliz.- Me señalo mi hija, hablando muy flojo. Me sonrió de forma sincera.- Sin duda, eso se debe a Sabela. Aunque situación es compleja, al menos para mí, te apoyo.- Le cojo la mano y se la estrecho. Nuevamente me siento orgullosa de ella.

- A ti también te sienta bien el amor.- Se ruborizo. Leí un destello de tristeza en su mirada.- ¿Todo bien?

- No lo sé.- Dijo con un murmullo. Estaba aterrada por el devenir de su relación. Mi misma incerteza cuando estuve en su misma posición. El concurso a punto de finalizar e ignoraba como actuaría mi amor.

- Dale espacio y tiempo.- Le aconseje.- Creo que te ama sinceramente.

Me agradeció mis palabras besándome el pómulo izquierdo. Sabeliña dejo de agarrarme la mano y experimente como un calambre. Me voltee y vi como miraba desesperada a su hija, que se había levantado con una aureola de ira.

- ¡Déjame! ¡No me insistas, jamás te perdonare!

- Amoriño por favor...- Le suplico, incorporándose. Se le acerco y la detuvo bloqueándola con la mano. Se tambaleo y por poco se cayó. La sujete por detrás para evitarlo. La mirada fría de mi ahijada me mató. Jes se le acerco y le susurro algo en la oreja. Asintió.

- Me voy a los servicios.- Nos anuncio. Comprendió que no debíamos de realizar aquel lamentable espectáculo.
Mi pareja trato de seguirla y la retuve, abrazándola fuerte. Empezó a llorar tan desgarradoramente, como nunca antes la había visto que me partió en dos. Bese su rostro y la obligue a sentarse. Se calmo un poco. Pedí a mi hija que la cuidara por mí.

- ¿A dónde vas?- Me pregunto tras prometerme que lo haría.

- A los servicios.- Le informe, escondiéndole mis verdaderos motivos. Me fui contemplando cómo se acomodaba a su lado y le pasaba un brazo por la espalda. Levanto la cara y le sonrió agradecida.
Encontré a Sofía con la mirada perdida y los ojos rojos, como si se contemplara en el espejo. Nada más verme, se dirigió veloz para un sanitario. Corrí hacia él y sujete la puerta con fuerza, impidiéndole el paso. Su expresión facial me hirió.

- ¿Sofía podemos hablar un poquito?- Intentando medir las palabras. Cualquier cosa lo mal interpretaría.

- Lo siento, no tengo nada que hablar contigo. Te respeto porque eres la madre de mi ex. Aún así, no me pidas que te quiera y perdone a mi madre. - Me advirtió de forma tajante. Trato de ir al siguiente sanitario, pero al parecer estaba ocupado. Se fue para el tercero y el último. Le volví a barrer el paso.- ¿Qué es lo que no comprendes? Tú eres culpable que mi madre se alejara de nosotros.

- Tienes derecho de berrear, patalear o maldecirnos. Es natural.- Mordiéndome la lengua para no insultarla por su niñería.- Irónicamente, es lo mismo que te está ocurriendo. Por mucho que te pese, te has enamorado de una chica. ¿Cómo crees que está Víctor?

LA TERNURA QUE ME INSPIRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora