Experimentación |

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Caminé por un lado de la mesa, Diego apuro el paso y se quedó justamente enfrente de mi, avanzaba un poco cada vez mas, parecía que me estaba retando.

Lo miré, sin ninguna expresión en específico, solo lo miraba fuerte, en cambio el me miraba serio con un sentimiento en sus ojos que me hacía sentir atacada. Poco a poco iba moviendo su mano hacía su espalda donde guarda previamente sus cuchillas, navajas y cuchillos que ya anteriormente había observado, sonreí un poco en forma de burla, y a decir verdad le pedí a mi unidad que parará el tiempo, miré a la mesa, Vanya estaba viendo a Diego con al parecer un poco de miedo, aunque no soy nadie para hablar de miedo parecía tenerlo en sus ojos, Allison estaba apunto de levantarse de la mesa, Klaus estaba buscando en un bolso que estaba en la barra, Luther estaba caminando hacía Diego y cinco también.

Mi extraño dolor me sacó de mis pensamientos al verlos a todos totalmente quietos, sin saber nada y saberlo todo. Debido a mí dolor me dirigí rápidamente a atrás de Diego y tomé todas sus cuchillas que guardaba en su cinturón, las observe un momento, lisas, brillantes, casi podía ver mi reflejo en ellas, rígidas y el tacto me decía que de un material raro de encontrar.

Todas sus armas las cambié a mi mano izquierda y solo deje una cuchilla en mi mano derecha, el dolor en acomulacion justamente en mi cien me hizo detenerme, volví a colocarme enfrente de el con una dificultad diferente a la anterior.

- Está bien, haz lo siguiente. - hablé conmigo misma o más bien con mi unidad que me ha detenido toda mi vida.

Respire profundo y pude distinguir como el tiempo corría por mi joven piel que ahora poseía, Diego tocó desesperadamente su espalda al sentir que no tenía sus armas blancas, frunció el seño aún mirándome, abrí por completo mi mano izquierda dejando caer cada una de sus cuchillas y lo que llevaba, de inmediato giré mi torso y lancé la cuchilla que quedaba en mi mano derecha al bolso de el cual estaba robando número 4.

Volví a voltear a donde se encontraba Diego, me tomo de el cuello de mi blusa y me acerco a el, amenazándome con una pequeña navaja en su mano que se dirigía a mi abdomen.

- Diego, no. - logro decir fuertemente cinco.

- Diego...no.- repetí con una sonrisa, sin ningún tipo de miedo a lo que pudiera pasar, pero realmente a Diego es al que le tengo un temor mas grande. Cómo diría mi madre " No dejes que vean tu miedo a ellos porque lo usarán para que les temas a más y a ti misma." Sabias palabras de una horrenda madre a la que creí amar.

Hizo fuerza en su mandíbula y sentí como me estaba creando una herida, pequeña pero dolía.

- Que te parece, si fuera Allison?- miré a Allison por última vez antes de que mi unidad haría lo que tuviera que hacer. Mi cuerpo fue cambiando, era más alta esta vez y raramente más pesada, lo miré, ya no era duró, tenía miedo y me encanta ver el miedo puro en las miradas.

- ¿Me matarias Diego? - noté como mi voz se tornaba a la de Allison y como los demás me miraban aterrorizados. Fue aflojando la fuerza en la navaja y no dejaba de verme.

<Co-co-co-como? ¿Que que haces? > Dijo tartamudeando mientras miraba la sangre que salía de mi herida, debe de ser difícil ver a tu hermana sangrando por el lado izquierdo de su abdomen y peor, creer que tu lo hiciste.

- Todavía no aprendes a decir las cosas bien, déjame ayudarte. - y fue en eso cuando recordé a mi "madre", la mejor madre que he tenido, la que ha creado el viejo Hargreeves.

Me sentí en su cuerpo, parecía que me miraba yo misma a lo lejos, conozco tan bien a esa mujer. Al no ser de piel humana miles de sensaciones se me vinieron al cuerpo, y también al ver el horror de Diego. Soltó la navaja y retrocedió, se dió la vuelta por completo y comenzó a respirar fuertemente.

- Recuerda Diego, solo ve la palabra en tu mente. - dije aún en el cuerpo de mi madre y incitando mas el coraje de mi hermano.

- ¡Basta! ¡Deja...deja de hacerlo! - gritó, me dolió verlo así, no es el Diego que conozco, es mi hermano, aunque me guste el miedo, no me gusta en el.

Antes de que pudiera volver a ser yo, una fuerza totalmente descomunal, me lanzo hacía una pared, fui cambiando mi cuerpo al que realmente es mío en el acto. Impacte contra la pared, al hacerlo mi unidad no se controló de el todo bien y lanzó mi fuerza muy controlada, antes de caer al suelo, me teletransportó a la esquina de la cocina.

Caminé hacia la puerta, como si nada hubiera pasado, estaba a punto de salir cuando cinco apareció con un brazo en la puerta impidiendo que saliera.

- No puedes irte. -

- Tengo que hacerlo. -

- No queríamos hacerte daño,- dijo mirando aún mi herida. - entiende que es difícil escuchar, ver y creer todo lo que nos dices.-

- Tu entiende lo difícil que es para mí volverlos a conocer desde el principio, que no se acuerden de mí, ver a mis hermanos y que no me reconozcan. Aunque sé lo que pasa, no puedo creerlo aún.-

- Te traje aquí por algo, enserio tú crees que...- antes de que cinco logrará terminar lo que me diría, llegó Vanya interrumpiendonos.

- Perdón si intervengo en algo, - miró las gotas de sangre que caían por mis manos y seguido de esto miró mi vientre. - Tengo que, - apuntó a mi abdomen. - curarte. Ven conmigo. - término.

Miré a cinco, nos miramos, aceptó con un movimiento leve de cabeza y seguí a Vanya.

Pasamos por un pasillo bastante estrechó, a lo lejos pude escuchar unos gritos de Diego.

- ¡No!, ¡No No! Luther...¡¿Acaso viste que se volvió de la nada nuestra madre?! Es como un mounstro.-

Vanya miró un poco hacía atrás, donde me encontraba yo, y soltó una frase que me sonaba ya conocida.

- siento que hayas escuchado eso. -

Tiempo Posterior [ Timothée Chalamet  Y Tu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora