Jack Daniels, más conocido como el mejor puto sicario de toda sudamérica, tiene algo que hacer antes de morir y es ver crecer a su pequeña.
Sus amigos lo llaman J pero es conocido por todos como "Tyson" nombre que le puso mi madre antes de ser viola...
Hoy tenía examen de física y no había estudiado nada. No tenía ganas de hacer ninguna cosa, apenas comía ni dormía, solo pensaba en el momento en el que yo acepté vivir esta vida.
Decidí ponerme algo cómodo ya que no tenía ganas de arreglarme.
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Cogí las gafas de sol y las llaves del coche y salí de mi casa.
El instituto se encontraba a apenas diez minutos en coche, iba con la radio apagada ya que el silencio era mejor. Llegué al edificio principal y, después de estacionar mi coche en una de las plazas libres, entré a aquel dichoso lugar.
Se me hacía raro, era casi la hora de entrar a las clases y todo permanecía en silencio, no había nadie. Fui hacia la clase y tampoco había nadie.
- Hemos tenido que evacuar el colegio por una plaga. -Escuché decir al director.
- Señor Belfort, para plagas no tiene que llamar a la policía. -Tommy Shelby, que oportuno.
Salí de la clase y me quedé apoyada en el marco de la puerta mientras observaba el panorama. Belfort se había vuelto muy débil después de la muerte de Miranda. Ambos se percataron de mi presencia y solo uno de ellos me saludó.
- Buenos días Daniels, hacía mucho que no venías por aquí. -dijo Belfort. -¿Qué te pasa? -dijo señalando mis gafas.
Me encogí de hombros y me las quité, tenía los ojos morados y rojos. Belfort se sorprendió mucho, al igual que yo. No lloraba desde el día que vinieron los agentes a mi casa.
Me las volví a poner y directamente me dirigí hacia Tommy.
- Tenemos que hablar -dije antes de cogerle del brazo y hacer que me siguiera.
Salimos al patio, cogí un cigarro y le ofrecí uno a Tommy que accedió sin poner ningún impedimento.
- ¿Qué pasa? -dijo él suspirando.
- Nada, no entiendo nada. Primero me ayudas, pero luego no quieres saber nada de mí. Luego te presentas en mi casa sin ninguna explicación. -dije metiendo una de mis manos en el bolsillo del pantalón. - ¿Qué quieres? -dije casi gritando.
- A ti, te quiero a ti pero por circunstancias de la vida no podemos estar juntos. Y ya está. -Tommy se dio la vuelta dispuesto a irse pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados.
- Espera -dije casi inaudible. Él se paró, suspiró, se dio la vuelta y sin pensarlo dos veces, me fui hacia él propinándole un largo beso en los labios.
