Capitulo 18

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Maratón 5/10✔



De habérselo permitido, Lauren la habría llevado en brazos hasta la casa. Y protestó con rabia hasta que ella puso los ojos en blanco y le informó de que estaba bien y que a nadie se le llevaba en brazos por culpa de un ojo  morado. La visión del ojo sólo sirvió para enfurecerla aún más. Camila era pequeñita y la idea de que alguien le hubiera hecho daño... y encima embarazada... Afortunadamente, el médico había asegurado que el bebé estaba bien.

-¿ Te apetece que encargué algo para cenar?- pregunto tras acomodarla sobre el sofá.

- Gracias, me encantaría-contesto Camila mientras reclinaba la cabeza.

-Debes estar cansada- Lauren fruncio el ceño al ver el gesto que asomó al rostro de la joven.

-He tenido un par de días muy duros- Camila asintió.


Lauren se sintió culpable. Desde luego no le había facilitado las cosas. Pero de inmediato sintió una profunda irritación. ¿Porque tendría que sentirse culpable? No era capaz de recordar nada. Cada noche se iba a la cama con la esperanza de que a la mañana siguiente los recuerdos hubieran regresado y no tuviera que preguntarse si había hecho algo tan estúpido como seducir y enamorarse de una mujer en cuatro semanas. No, no debería sentirse culpable. Nada de lo sucedido había sido culpa suya. Salvo el hecho de haberla alterado haciendo que cayera de su despacho.

Mientras descolgaba el teléfono,  la observo  detenidamente desde el otro extremo del salón. Parecía haberse quedado dormida y se pregunto si debía despertarla para cenar. La mirada se deslizó hasta la barriga y de inmediato decidió que no podía consentir que se saltará una comida.

-¿ Te apetece beber algo mientras esperamos?- Lauren se sentó en una silla junto al sofa.

-¿ Tienes algún zumo?- Camila abrió perezosamente los ojos- Estoy un poco mareada.

-¿ Y porqué no has dicho nada hasta ahora Cabello?

- Porque lo único que deseaba era sentarme y descansar un poco- ella se encogió de hombros- Todas esas personas a mi alrededor me ponían nerviosa.

Lauren se dirigió a la cocina y busco en la nevera un zumo de naranja. Se sentó en el sofá junto a ella y le entregó un vaso con el sumo. Camila bebió con ansia la mitad.

- Gracias, con eso bastará.

-¿Te sucede a menudo o se debe a las emociones del día?- pregunto ella con recelo.

-Siempre estoy al borde de la hipoglucemia. Y de vez en cuando me baja demasiado el azúcar. El embarazo también lo ha alterado y debo comer a menudo para no desmayarme.

¿Te Acuerdas De Mi? (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora