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Poland estaba tan arrepentido por haberse confesado. Ya no sabía que hacer, se sentía roto por dentro.
Con ropas mas cómodas, estaba sentado al borde de la cama con una taza de chocolate con leche en sus manos, le había pedido a una sirvienta que le prepare cuando terminó de darse un baño.
Le daba sorbos mientras miraba por la ventana mas cercana a él.
A lo lejos, podía divisar la única salida de la mansión, pues estaba volviendo a considerar en escapar.
Pero sabía que no era fácil, en todo el día y la noche hay guardias bajo el mando del Imperio, protegiendo la entrada, y sin mencionar los altos muros que rodeaban la mansión, sería imposible.
Dando un suspiro, bajó la mirada posando su vista en el líquido delicioso de aquella taza.
Quería volver a llorar, pero sus ojos estaban muy enrojecidos que ya no aguantaban ni una sola lágrima mas. Su expresión cansada mostraba depresión, angustia y tristeza. Todo lo que podía hacer solo era estar encerrado en su alcoba, no salir y estar atento a que Reichtangle no entrara.

"Reichtangle..."

No lo soportaba mas, aquellos ojos enrojecidos volvieron a derramar lágrimas, cubriendo su boca con una de sus manos intentaba detener el llanto, algo que era inevitable.

Al pasar de unos segundos, el pequeño se calmó un poco. Sus manos temblaban, dejó la taza casi vacía en su mesita de noche y se acostó en la cama, tal vez dormir un poco le ayudaría.
Cubriéndose con una sábana gruesa todo su cuerpo, cerró sus ojos para intentar conciliar el sueño.

~•~

Reichtangle estaba tan arrepentido por haberle hecho Eso a su hermoso Poland.
Estando en la sala sentado en un sillón; acababa de terminar su té, el dolor de cabeza se alivió, pero no del todo.
Comprendía que el pequeño no se encontraba bien en sentido físico y emocional, debía hacer algo.
Lo que le hizo es algo imperdonable. Nunca le volvería a hablar jamás, no quería que eso pasara.
Se sintió muy estresado con tan solo el hecho de pensar lo grave que esta Poland, el dolor de cabeza insoportable volvió a ser fuerte.
Tenía que hablar con él pero no sabía como.

—¿Ya se siente bien, mi Lord?–era la misma mujer de antes, le ofreció otra taza de té a lo que el Imperio se negó, mas bien, le agradeció por haberle atendido.

Empezaba a atardecer, muy pronto sería hora de la cena. Era claro que era imposible que comieran tranquilos, tal vez ni siquiera Poland querrá ir al comedor.
Eso sería un problema.

"Polen."

Tenía que hablar con él ya. No había tiempo que perder. Hablaría con él sin importar que. Incluso si él no quiera, eso significaba que lo obligaría y eso no estaría bien.
Pero no soportaba ver a su pequeño así, debía consolarlo de alguna u otra manera.
Levantándose del sillón, se dispuso a irse de la sala.

Caminó por el pasillo, esperaba que siguiera en su habitación del mas alto, pero resultó que no fue así, no había nadie en la alcoba asi que fue en dirección a la habitación de Poland.

Al llegar allá, la puerta estaba asegurada. No sería un problema, pues halló la manera de poder entrar.

—¿Polen?– susurró el nombre del que estaba dormido.
Acercándose a la cama, vio solamente las sábanas que cubrían aquel cuerpo pequeño.

Esta vez no estaba fingiendo.
Quiso dejarlo en paz, pues en otro momento podrían hablar.
Pero quería asegurarse...

Quitó cuidadosamente aquella tela gruesa para solo dejar descubierto la cabeza del mas bajo.
Confirmando que sí estaba descansando.
El rostro de Poland se mostraba tan pacífico, calmado y tranquilo.
Al querer darle por lo menos un beso, se detuvo.
No quería volver a lastimarlo.
Y Obligándose él mismo, salió de la habitación.

🌹 𝑨𝑵𝑺𝑪𝑯𝑳𝑼𝑺𝑺 🌹 Reichtangle × Polonia - CountryHumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora