—Déjame a mí. Tú podrás llevar Curación Avanzada pero yo he estado en Muestras por siglos en Fibener.
Sin embargo, la rama rota no le dijo nada a James. Como era su costumbre, este no se desanimó ni un poquito y empezó a buscar en los alrededores.
—Ajá —dijo finalmente—. Mira esto.
—Sólo son hojas.
Pero no era verdad. El extraño color rojo me hizo dudar. James se puso a examinar la planta a dos centímetros de sus ojos.
—Esto es cosa de un hada —dijo finalmente con el ceño fruncido.
Si encontrabas huellas de un hada en un bosque tan poco acogedor como el que rodeaba Diringher, había muchas posibilidades de que no fuera amable.
—Qué listo —dijo una vocecilla detrás de nosotros. Una muchacha estaba sentada en la rama más baja de uno de los árboles. Su perfecto rostro sin poros, sus puntiagudas orejas y sus grandes ojos no ayudaban a eliminar la impresión de peligro. A su ala izquierda le faltaba un trozo.
James saltó como si el piso se hubiera prendido en llamas y casi le gruñó a la chica. Ella soltó una risita divertida, con pequeños colmillos brillantes.
—Un hada oscura —susurró tan tenso como la cuerda de un arco.
Ella se puso de pie sobre la rama.
—Oh, dioses, eres tan inteligente. ¿Cómo es que te has dado cuenta?
James me buscó con la mirada, dudando. No podíamos atacar a nadie que no demostrara ser un criminal. Y tampoco había ninguna orden de captura en la zona por un hada oscura. Por otro lado, las hadas oscuras que sólo practicaran magia negra como un entrenamiento eran casi un mito.
Era fácil distinguir un hada oscura de una normal. Mientras las últimas tenían las alas de un dorado pálido que mutaba en todos los colores del arco iris cuando se movían, las primeras ostentaban casi con orgullo alas moradas, casi negras por la forma en que su magia llenaba su sangre. Este cambio siempre era sacado a relucir en las conferencias sobre si el uso de magia oscura debería estar prohibido. “¿Has visto lo que les pasa a las hadas que lo usan? Se pudren por dentro”. Siempre era una elección. Había hadas oscuras dentro de la comunidad, garantizando el estudio de esa magia para poder comprender mejor ambos lados y proteger a su pueblo. Pero incluso ellas tenían un color más claro.
El hada saltó hacia nosotros y amortiguó la caída con las alas. No parecía muy afectada, pero me fijé en que tenía también cortes en los brazos y algo en el hombro izquierdo que lucía como… ¿una mordedura de vampiro? No podía estar seguro, no parecía reciente.
—Hola —me saludó con una sonrisa. Una que resaltaba sus hermosos ojos verdes y el mechón desordenado que le caía sobre la frente. Era hermosa. La cosa más frágil y delicada que había visto nunca. Se acercó a mí casi flotando—. ¿Cómo te llamas?
—Kyle Anderson —mi voz salió en un susurro ronco.
Ahora que lo notaba, su ala estaba rota. Pobrecilla. Seguro que yo podría curarla. Estaba desamparada. Me acerqué para inhalar su exquisito olor y ni siquiera reaccioné cuando ella sacó un cuchillo del tamaño de mi antebrazo.
—Un gusto conocerte, guapo.
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Hola a todos!
Dos capis por la espera :D
Y bueno....esperemos que no sea muy largo esperar a ver cómo atraviesan a Kyle con un cuchillo por caer bajo los efectos de un hada :)
Besos y calma!
Vale
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La marca del lobo (Igereth #1)
FantasyGanadora Premios Watty 2014!! Él: El nuevo rompecorazones del instituto. Ella: La piedra en su zapato y la chica más peligrosa que podrías conocer. Sus amigos: Los testigos de una historia que, de repente, empieza a ir más lejos que la extraña vida...