Unos cortos minutos de espera pasaron desde que Kelly se había ido a buscar ayuda, fue entonces que ella apareció por la puerta junto a una compañera; una mujer zorra, la cual traía un equipo de primeros auxilios.
― Hola, Kleyn, parece que te has llevado un par de recuerdos de tu pelea. ―observó la mujer al ver los cortes que el tipo mostraba en su cuello y hombro.
― Sí, era una cita prematura y apresurada, nos tuvimos que despedir con prisas, así que me dio algo para recordarla. ―dijo sarcástico― No es algo que me llegase a molestar demasiado, de no ser porque la muy desgraciada se llevó mis espadas desgarra dimensiones.
La mujer hizo una expresión angustiosa al oír eso. Supuso que no era de la preferencia de Kleyn hablar acerca de ello, pues, irónicamente, a aquel que había detenido a tantos ladrones de tijeras le habían quitado las suyas, o al menos las espadas que hacían la misma función que unas tijeras.
― Lamento oír eso. El lado bueno es que tus heridas no son graves. ―Dinos algo que no sepamos― En cuanto al veneno... ―se aproximó a él y le lamió levemente el corte que tenía en el cuello. Arrugó el hocico debido a la amargura de su sabor y sacudió la cabeza― Puaj, es horrible, pero no parece que la parálisis sea permanente, imagino que al cabo de unos minutos se irá. Por el momento vamos a vendarte.
Un dato positivo, sin dudarlo, pero eso era algo que no le importaba demasiado al forjador. Ahora mismo solo pensaba en su derrota y en sus armas perdidas. Tendría que hacerse otras espadas, pero, después de haber vivido lo de aquella noche, pensó que, si había más enemigos del nivel de Vlagna, era posible que le volviesen a quitar sus espadas, y lo último que quería era proporcionarle armas al enemigo.
No pasó demasiado tiempo sumergido en sus pensamientos, porque la presencia de Talux lo hizo dejar a un lado lo que tenía en mente. Kelly lo había llamado para informarle sobre la situación. La mujer zorra, por su parte, abandonó la sala, ya había vendado a Kleyn mientras este estaba perdido en sus pensamientos.
Talux tomó una silla y se sentó frente a Kleyn. Le indicó a Kelly que también lo hiciera, así podría preguntarles a ambos qué había pasado. Le explicaron todo lo ocurrido esa noche, sobre todo Kleyn, que era quien más cosas había averiguado. Un nuevo objetivo y un nuevo lugar al que acudir, pero, también, una derrota que sumar en su contador.
― ¿Sabemos algo acerca de ese Tal'kar, aparte de que es el líder de traficantes de la zona Este?
Kleyn negó con la cabeza.
― Solo sabemos eso, aunque, gracias a ello, podemos deducir un par de cosas. La primera; que hay otros como él, es decir, hay varios líderes de zona. Lo otro, es que, probablemente, allí es a donde vayan los cuervos que se envían desde la torre derruida. ―explicó el forjador.
― Sí, y eso de que te espera en el Claro Silvestre no me da mucha confianza. Es obvio que se trata de una trampa. Quitarte del mapa es algo que les encantaría a esos tipos, y más ahora que sabes poco acerca de ellos.
― Sí, lo sé. ―dijo sin más.
Un pequeño momento de silencio se apoderó de la sala, sin que a ninguno se le ocurriese nada que decir.
― Deberíamos planear algo, ¿no creen?
Kleyn notó que sus músculos ya le respondían, entonces se levantó de su silla.
― Sí me permiten sugerir algo, creo que lo mejor será ir a dormir y hablar de esto mañana, con más calma. ―sugirió Kleyn
― Supongo que sí. ―concordó Talux― Mañana hablaremos de ello. ―también se levantó para ir a su habitación.
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La forja (SVTFOE)
FanfictionHan pasado cinco años desde la guerra que aconteció el reino de Mewni. Muchas cosas han cambiado, nuevos reyes, nuevo pueblo y nuevos problemas. La ausencia de la forjadora tuvo más peso del que los reyes habrían esperado. Ya no habría nuevos merece...