El esqueleto que se había levantado de entre la pila de cadáveres vio a los enanos que había más adelante y comenzó a caminar hacia ellos. Avanzó de frente, acelerando su paso e ignorando a Fritz, quien giró la cabeza hacia el tipo huesudo cuando pasó junto a él. También ignoraba las flechas que iban directo hacia él. Algunas pasaban entre sus huesos, y otras se quedaban clavadas en su armadura de cuero, pero parecía darle igual.
Fritz estaba dudando si seguir lanzando restos de cadáveres como si fueran proyectiles, ahora que un nuevo individuo se presentaba en el campo de batalla.
— Fritz, espera —dijo Kleyn, llamando la atención del medio-trol—. No sabemos quién es ese, pero no parece que esté en nuestra contra. De momento, no ataques.
— ¿Entonces no vamos a luchar contra los enanos? —preguntó el tipo de piel celeste.
— No, al menos de momento. Veamos qué es lo que hace aquel costal de huesos —Me pregunto si el hecho de que los enanos posean armas capaces de absorber tus llamas tenga algo que ver con esta decisión.
Aquel guerrero no-muerto estaba a punto de llegar hasta los enanos, y estos se alarmaron de golpe.
— Se está acercando demasiado —anunció uno de los enanos al frente, de los que tenía escudo—. Arqueros, retírense y ocúltense detrás de alguna roca. Nosotros nos ocuparemos de este tipo.
Los arqueros asintieron conformes y se alejaron de sus compañeros. Ambos tomaron caminos opuestos y se escondieron: uno detrás de una roca y otro detrás de varios cactus. Aquellos que se quedaron eran tres enanos con escudos y martillos, y otros dos con hachas pesadas.
— No caeremos ante un solo hombre, y mucho menos si este no es más que un costal de huesos. Muchachos, prepárense —indicó el del medio, sujetando con fuerza el escudo.
El resto hizo lo mismo. Se aferraron con fuerza a sus armas y flexionaron las rodillas, a la espera de atacar a su enemigo.
El esqueleto iba hacia ellos con el hacha en alto listo para asestar el primer golpe.
— ¡Enanos! —gritó este, con una voz reverberante y gutural.
Los enanos se mantuvieron firmes y recibieron el primer ataque. El hacha impactó contra el metal del escudo del enano de en medio. Esta no atravesó la coraza, sin embargo, el golpe había sido cargado con tanta fuerza, que el enano que lo había parado tuvo que arrodillarse, sorprendido ante el poder de ataque del enemigo.
— ¿A qué esperan? —dijo este, apretando los dientes por el esfuerzo—. Ataquen.
Los dos enanos a sus lados golpearon al esqueleto embistiendo con los escudos para alejarlo un poco de su compañero, pero no consiguieron alejarlo demasiado. Como mucho, consiguieron que este diese un paso atrás.
El enano de antes se alejó un poco para dejarle espacio a sus compañeros para atacar. Así, uno de los dos que tenía un hacha doble, se unió a sus compañeros en favor de atacar. Mientras que el otro se quedó junto a su compañero arrodillado.
— ¿Te encuentras bien? —le preguntó, arrodillándose para estar a su altura, y colocando una mano en su hombro.
— Sí. Es solo que ese maldito me dio un golpe bastante potente. No me esperaba que un montón de huesos fuese a doblegar mi resistencia —miró a sus compañeros y se puso de pie—. Tengan cuidado con él, no es alguien normal.
Sus compañeros lo escucharon, pero ya estaban enzarzados en una cruenta batalla contra el no-muerto. Los hachazos iban y venían por parte del esqueleto. Los enanos conseguían evadir los ataques con sus cuerpos pequeños y escurridizos. Y aquellos que no conseguían ser esquivados eran interceptados por los dos enanos con escudo. Aunque, al recibir esos ataques, se les notaba tambalear a esos enanos. Mas estos no daban su brazo a torcer.
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La forja (SVTFOE)
Fiksi PenggemarHan pasado cinco años desde la guerra que aconteció el reino de Mewni. Muchas cosas han cambiado, nuevos reyes, nuevo pueblo y nuevos problemas. La ausencia de la forjadora tuvo más peso del que los reyes habrían esperado. Ya no habría nuevos merece...