La mochila había estado ligera todo el viaje después de salir del sub-bosque, pero Kleyn no se había dado cuenta de ello porque estaban tan acostumbrado a usar su fuerza para cargar con cargas pesadas que no se dio cuenta que esta se había vuelto más ligera. Sin embargo, cuando rebuscó en la mochila no halló nada más que tela en el fondo, así fue que cayó en la cuenta de una cosa.
― No nos queda comida ―avisó levantando la cabeza y mirando a Ágata, quién estaba de pie a la espera de que Kleyn hallase algo de comer.
― ¿En serio? ―acercó su mano y le arrebató la mochila de un tirón― Dame eso ―comenzó a rebuscar en toda la mochila, no solo en el interior de esta, sino que también lo hizo en los bolsillos que tenía a los lados y por la parte de delante, incluso la puso de revés para ver si caía algo de dentro, pero nada dio resultado alguno―. Tienes razón, no queda nada. ―concordó, volviéndose para mirar al forjador.
― ¿Cómo desapareció tan rápido la comida que habíamos cargado con nosotros? ―preguntó poniéndose de pie y devolviéndole la mirada a la chica― Solo han pasado dos días desde que abandonamos Mewni.
Esto fue algo que le extrañó bastante al tipo, pues se había asegurado de abastecerse bien antes de partir. No pudo evitar rascarse la cabeza, confundido por la situación que se le había presentado.
Por otro lado, Ágata no parecía demasiado extrañada por la repentina falta de comida.
Para Kleyn, a quien ya de por sí le extrañaba la falta de alimento, percatarse de que Ágata no se mostrase sorprendida acabó por levantar las sospechas que tenía en la cabeza.
― Ágata. ―Dijo este para llamarle la atención― ¿Sabes algo acerca de la falta de comida?
Esta no respondió al principio, sino que le sostuvo la mirada. Su rostro no era uno de enfado, ni de desafío, más bien, era uno que evidenciaba que la chica estaba pensando las palabras que utilizar antes de responder.
― ¿Recuerdas las arañas que nos ayudaron allá? ―apuntó hacia atrás con su dedo pulgar.
― Aquellas que iban a comernos pero que conseguiste que cambiaran de opinión y se comieran a sus jinetes... ―mencionó con cierto tono sarcástico― Sí, me acuerdo de ellas.
― Pues, como comprenderás, no iban a dejarnos ir por la simple petición de una extraña con una arañita en su mano ―esto provocó que Kleyn levantase una ceja―. Para convencerlas tuve que darles parte de nuestra comida.
― ¿Qué?
― El caso es que les dije que nos dejaran la suficiente comida para que podamos alimentarnos hasta que lleguemos al pueblo más cercano.
― Pero... Si le dejamos a los cabalgarañas ¿De verdad no sé llenaron con eso?
― Ya ves que no.
Resopló pensando que podría haberse ahorrado el darles la comida. A no, no te quejes. Tú decidiste consentirla y no matar a las arañas cuando tenías la oportunidad. Ahora, aguántate tus pataletas.
Oyó el estómago de Ágata rugir un poco. Kleyn se giró hacia ella para ver si se quejaba o hacía algo, pero esta se contuvo y siguió caminando como si nada. Su orgullo de asesina no le permitiría flaquear frente a su compañero.
Al menos aquel sonido hizo que el forjador se sintiera reconfortado al saber que ella también iba a sufrir tanto como él.
De haber tenido la oportunidad, habrían cazado algún animal en aquel bosque, mas todos los que encontraban estaban envueltos en tela de araña y se encontraban aferrados a la parte alta del tronco de los árboles. Aquello les dejaba sin más opción que seguir caminando hasta llegar al pueblo más cercano. Con suerte, podrían conseguir algo de comida y un sitio donde dormir. Era mediodía, así que esperaban encontrar algo antes del anochecer. Pero la fuerza de voluntad flaqueaba cuando el estómago estaba vacío.
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La forja (SVTFOE)
FanfictionHan pasado cinco años desde la guerra que aconteció el reino de Mewni. Muchas cosas han cambiado, nuevos reyes, nuevo pueblo y nuevos problemas. La ausencia de la forjadora tuvo más peso del que los reyes habrían esperado. Ya no habría nuevos merece...