La forja (SVTFOE)

Capítulo 33: La Forja

Aún tenía la imagen en su mente: Kleyn colgando de la mano de Gornak, mutilado, deshaciéndose en llamas; Biggon siendo rodeado por cuánto enano y grol había allí, despojado de su arma, y apresado en grilletes; y de Fritz no se sabía nada después de verlo desaparecer en aquel portal. Ninguno de aquellos sucesos resultaba para nada alentador.

Ahora Ágata se encontraba oculta en un callejón, lejos de cualquier peligro. Se había visto obligada a esperar a que cayera la noche para salir del palco de Gornak sin ser vista. No había comido nada, pero al menos seguía libre y con vida. Aun así, no estaba a salvo. El gigante había enumerado uno a uno a todos los integrantes del grupo de Kleyn, y pese a que no sabían su nombre ni como era, Ágata no sentía que tuviese todas las de ganar consigo. La estarían buscando, y daba igual que no conocieran su aspecto, ella era inconfundible entre tanto enano y grol allí. Destacaba demasiado. Además, aquel enano al que habían dejado escapar después de capturarlo había podido verla. Fueron unos instantes, pero cuando se trata de recordar el rostro de tus captores, la imagen se le queda a uno grabada a fuego.

Un guardia grol pasó por delante con una antorcha en su mano izquierda. Este dio un rápido vistazo al callejón, sin aligerar el paso y luego desapareció. Ágata salió de detrás de un barril que había por allí. Esperó a que pasara un tiempo prudente para que el guardia se alejara y luego se asomó. Lo vio alejarse, siguiendo su ruta. Este no se giró en ningún momento. Era la quinta vez que veía a un guardia. Ya había estimado el tiempo que tardaban en pasar por allí, y eso la calmaba un poco. Pero solo un poco.

"¿Toda esta seguridad es por mí?", pensó ella, "¿O es que Gornak tiene miedo de que alguien se amotine?". Teniendo en cuenta que muchos de los trabajadores que estaban allí era porque no habían tenido más opción que aceptar la oferta de Gornak, la idea de un motín no le parecía a Ágata ni descabellada, ni imposible. Lo que sí le parecía imposible era escapar de allí sin ser vista. Si bien ya tenía calados los tiempos de los guardias, aquellos que estaban en las torres parecían muy atentos ante cualquier movimiento de fuera. Y daba igual que fuera de noche. Era bien sabido que los enanos tenían una buena visión en la oscuridad, y lo más probable sería que ella acabase siendo descubierta. Aunque, en el caso de que lo consiguiera, todavía le quedaba enfrentarse a un largo camino a casa, y no tenía los víveres para sobrevivir al viaje. Mirase por donde lo mirase, estaba atrapada. Tal vez no en una celda fría y oscura, pero estaba atrapada.

Dadas las circunstancias, no podía comunicarse con Talux por el espejo de bolsillo para informar de la situación, por temor a ser descubierta. Por lo que Ágata llegó a una conclusión: a partir de ese momento la misión quedaba a su cargo.

Soltó un suspiro suave e inaudible, pero que para ella fue pesado, y volvió a ocultarse en el callejón.

Tendría que encontrar el cuartel principal de Gornak y buscar algo que le diese una pista de la mente maestra detrás de todo aquel asunto. Aparte, también tenía que encontrar una forma de salir y asegurar su supervivencia.

Se llevó una mano a la sien y se dio un masaje para pensar. No habían matado a Biggon después de que Kleyn muriera, aunque no estaba segura de que Biggon pudiese morir, lo que significaba que debería estar atrapado en algún lado. Ya era conocido por una gran cantidad de grols y enanos, además de que era muy escandaloso. Si lo liberaba, a lo mejor podría usarlo para crear una distracción y salir sin problemas. Pero para eso tendría que encontrar el calabozo donde estuviera encerrado, y también tendría que hallar la forma de liberarlo. Eso sin olvidar el detalle de que necesitaba preparar algún zurrón con víveres para el camino...

Solo de pensar en todo lo que necesitaba, Ágata se dio un golpecito en la nuca con la pared, y volvió a soltar otro suspiro.

No sería fácil, nunca lo era, pero tenía que organizar sus ideas antes de hacer nada.