Capítulo 26: Boom

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Cayó sobre las calles empedradas de la ciudad. Sus botas metálicas resonaron un poco al golpear la roca, pero eso no lo importaba a Kleyn. Había aterrizado justo delante del callejón del cual se había producido la explosión, por lo que, si alguien intentaba escapar, tendría que pasar por encima de él.

Kleyn observó la escena. Algo había explotado justo entre dos contenedores. Había marcas de hollín por el suelo y los muros, además de los contenedores. Todo era iluminado por las llamas producidas por la explosión, mostrando restos de basura y comida ardiendo, llenando el ambiente de un olor desagradable.

Kleyn arrugó la nariz y luego se cubrió con su mano para evitar el horrible aroma. Algunos de los ciudadanos cercanos al callejón comenzaron a salir de sus hogares para ver que había ocurrido. Pronto Kleyn tenía a trece personas a su espalda, fisgoneando.

— ¿Qué fue ese ruido tan fuerte? —dijo una mujer mayor, quien se encontraba de mal humor.

— Estaba durmiendo a mi niño cuando mi marido y yo escuchamos el escándalo —mencionó una mujer junto a su pareja. Esta sujetaba entre sus brazos a un bebé, el cual estaba llorando a más no poder.

Parece que se te está acumulando el trabajo.

Tenía razón, Kleyn frunció un poco el ceño, a sabiendas de que la gente solo entorpecería su trabajo, así que invocó tres clones para que mantuvieran a la gente a raya.

— A ver, ciudadanos —comenzó el clon de en medio—, manténgase a una distancia segura de este lugar. Estamos investigando.

— ¿Acaba de explotar algo en mi vecindario y no voy a poder ver qué mierda ha ocurrid? —se quejó la señora de antes.

— Si el mismo Forjador está aquí, entonces no tiene que estar preocupándose, señora. Así que deje de quejarse, anciana chismosa —le dijo uno de los vecinos.

— A mí no me hables así, mequetrefe.

Pronto estalló la discusión entre los vecinos y los clones intentaron calmarlos a todos.

Kleyn negó con la cabeza, y luego volvió su atención al fuego. Con un movimiento de mano eliminó el incendio y consumió las llamas. Sin embargo, había algo que seguía iluminando el lugar, algo oculto tras uno de los contenedores. Confundido, se acercó para ver de qué se trataba. Y cuando llegó, vio algo que le llamó la atención: una especie de esfera metálica con agujeros en los seis extremos. La esfera no era muy grande, podía cubrirla por completo cerrando la mano. Pero lo curioso era el brillo que emitía, el cual salía por los seis agujeros que mostraba. Estos estaban cubiertos por alguna especie de cristal, o algo, que impedía meter los dedos en esos agujeros, y que hacía que aquella cosa conservase su forma esférica. Miró aquella cosa desde distintos ángulos, incluso desde abajo, y lo único que vio era que aquella cosa que iluminaba la esfera era una clase de líquido espeso que emitía calor.

— ¿Y esto qué es? —se dijo a sí mismo.

Mientras este se intrigaba a sí mismo observando la esfera desde diferentes puntos, la luz en el interior de esta comenzó a hacerse más fuerte.

— Pero que...

Otra fuerte explosión se produjo en el callejón. La pequeña onda expansiva apagó las llamas de los clones de Kleyn, eliminándolos.

La gente que antes discutía, ahora corría asustada por las calles, dirigiéndose a sus casas. Mientras todos gritaban y huían llenos de pavor, una criatura se reía desde las alturas, en los tejados. Un goblin que sonreía a más no poder mostrando sus dientes de sierra. Tomó el antifaz que le cubría los ojos y se lo llevó a la frente para poder limpiarse las lágrimas producidas por la risa.

La forja (SVTFOE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora