Mi paisaje estaba cubierto de nubarrones de dudas. Mis problemas me pesaban como anclas.
Me encontraba en un banco de plaza, meditativo en mi mundo interior. Se aproximó hacia mí sin hacer el mínimo ruido. O tal vez me encontraba tan perdido, que no lo oí llegar.
Levanté mi mirada y parado en frente de mí lo encontré. Me observaba con una mueca, casi riendo.
Le pregunté si buscaba algo en específico. Solo echó a reír y se sentó a mi lado.
No me dio tiempo a volver a preguntar. Rápidamente comenzó a hablar.
"Soñador, por favor, sigue soñando. Porque de la imaginación se crean soluciones.
Enfrenta tus pesadillas, se valiente. Camina entre tus miedos y forja un camino de luz.
Nunca te dejes engañar, nadie puede vencerte. Del único que debes preocuparte es en alguien que conoces muy bien, ese eres tú. Nadie más que tú te podrá detener.
Así que deja de pensar en esos problemas, cambia la cara y comienza a caminar."
Al término de estas palabras, me sorprendió nuevamente con un abrazo. Volvió a levantarse y se alejó caminando.
Nunca volví a saber de él. Jamás sabré de dónde provino. No supe su nombre, ni mucho menos su edad.
Aun así, puedo afirmar que no se equivocó. El tiempo ha pasado y le dio la razón.
Dedicado al consejero que me envió el universo a mis 16 años de edad.
Nunca olvidé sus palabras.
Muchas gracias.
ESTÁS LEYENDO
Reflexiones Solitarias.
РазноеMil y un hojas tengo esparcidas en toda mi habitación. Hojas que cuentan historias, hojas que son cartas sin enviar, hojas que son simples reflexiones o intentos de poesías. Llevan conmigo más de 10 años y mientras más pasa el tiempo, más hojas se...