Quiero que me hables hasta el ocaso, que me expliques el cómo llegaste hasta aquí.
¿Cómo has hecho para introducirte en mi vida y lograr acostumbrarme a tu presencia?
Explícame ¿Porque te extraño cuando no estás? ¿Cómo lograste invadir mis pensamientos?
Ven y siéntate a mi lado, que la madrugada ya se interpone entre los dos.
Dime ¿Por cuánto tiempo te quedarás? ¿Eres un viaje de ida?
¿Cuál es tu fin? ¿Qué buscas conmigo? ¿Qué has encontrado en mí?
No es que busque interrogarte. A estas instancias de mi vida, la experiencia me ha hecho trizas contra el pavimento una y otra vez.
Por eso he sido tan frío contigo. Pero tu dulzura y tu paz me han impactado.
Y debo de admitir que has logrado voltear todo lo que yo había prejuzgado en ti. Haz cambiado el panorama.
El cielo nos regala sus estrellas y nos ilumina con una luz tenue. Realmente disfruto tu presencia.
Tú me miras a los ojos y desdibujas mi autocontrol. Sueltas mis instintos. Permites que esta noche sea especial.
En esos instantes mis miedos desaparecen, se esfuman. No los siento ni los puedo ver.
Tienes un poder que me controla, que me enloquece.
La Luna nos saluda desde el punto más alto, buscando ser el último retazo del lienzo. El detalle que separa lo extraordinario de lo ordinario.
Pero nosotros, egoístas, la ignoramos.
Porque solo estamos pensando en nosotros. Porque somos nuestra única preocupación esta noche.
Destruye todo de mí y vuelve a armarme.
Destrúyeme y ámame.
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Reflexiones Solitarias.
AléatoireMil y un hojas tengo esparcidas en toda mi habitación. Hojas que cuentan historias, hojas que son cartas sin enviar, hojas que son simples reflexiones o intentos de poesías. Llevan conmigo más de 10 años y mientras más pasa el tiempo, más hojas se...