15.

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Quería sentirme feliz por ti al verte siendo tan tú con ellos. Dije que amaba eso, pero en ese momento ya no.

Quería verte siendo tú, pero conmigo, a solas de nuevo.

Nuestros amigos nos arrastraron consigo, lejos de aquel lugar donde podíamos estar a solas y nos llevaron a estar en medio de la gente que iba y venía.

Pero no me sentía bien allí, no me daba buena espina y sé que tú sabías exactamente cómo me sentía porque pude notarlo en tu mirada en una de las tantas veces que volteaste para asegurarte de que estaba más o menos bien.

Entonces llegamos a un lugar que yo conocía muy bien, ese lugar donde muchas personas del instituto se reunían para disfrutar un poco de la música, cantar si les apetecía o bailar alguna coreografía improvisada.

¿Creíste que no me daría cuenta de tus intenciones?

¿Creías que yo era tonto o simplemente pensabas que ocurriría un milagro?

No Wonho, no era tan fácil como llevarme a un lugar concurrido y desviar mi atención. Necesitabas mucho más que eso para lograr tu cometido.

Mi mirada se posó en ti y no la despegué ni un segundo porque solo yo sabía algo que el resto de personas en ese lugar no sabían, así que en cuanto te diste la vuelta corrí hacia a ti y volví a tomar tu camisa con fuerza.

— No es tan simple... — susurré con la voz rota mientras una lagrima se escapaba de mis ojos — no voy a permitirlo.

Te giraste lentamente y tu cristalizada mirada me atravesó el alma.

— Hyungwon... — tu mano se posó en mi mejilla volviendo a arrebatarme la poca tranquilidad que aún me quedaba — tú...

— ¡No! — grité en medio del llanto que era ignorado por el resto del mundo — cállate y volvamos con nuestros amigos... — sollocé — ahora Wonho...

Me miraste fijamente y negaste, rompiendo mi corazón un poco más.

— Tú lo sabes... — me abrazaste con suavidad — tú sabes que debo irme ahora...

Lo dijiste.

Dijiste lo que tanto quería evitar escuchar y me rompiste en una escala inigualable.

Wonho, daría lo que fuera porque te quedaras un poquito más.

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