MY COWBOY

Scott

Ya han pasado dos semanas desde la ultima vez que vi a Sky, todo este tiempo eh estado muy ocupado trabajando en las tierras de mi familia y entrenando para el próximo rodeo que se aproximaba, era muy importante ya que los ganadores de cada categoría se llevarían muy buenos premios.

Pero lamentablemente no he sabido mucho sobre qué ha pasado con Sky, he hablado muy poco con sus hermanos y por lo que me han dicho es que ella no ha contado nada de lo sucedido, y solo va a la escuela y a entrenar con su caballo.

Tal ves, es buena idea ir a verla. Pero lo mejor sería esperarla afuera de su escuela y de ahí invitarla a comer, para así no tener interrupciones ni problemas.

Eran las 12 am así que rápidamente, subí a mi recámara y me di un buen baño para quitarme todo el olor a estiércol que tenia, después de haber limpiado las caballerizas durante la mañana.
Me puse una simple camisa a cuadros y salí rumbo a su escuela, pero una buena idea cruzo por mi mente así que llegue a una florería cercana y compre un ramo de flores.

Espere alrededor de 10 minutos, soportando miradas de chicas que no eran feas, pero ninguna se asemejaba a Sky.
Hasta que por fin la vi salir, el aire movía su cabello despeinandolo y la forma en la que ella trataba inútilmente de acomodarlo se veía grandiosa, y la ropa que traía acentuaba cada una de sus preciosas curvas.

Me quede como bobo viéndola un buen rato, hasta que ella sintió mi mirada.
Al principio se mostró confusa, perdí después se acercó hasta mi y me sonrió, pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos, era totalmente fingida, teniéndola más cerca me fijé en sus ojos; tenían unas ojeras y aunque trato de cubrirlas con maquillaje fracasó un poco.

Hola Scott, qué haces aquí? Mis hermanos te enviaron?.- dijo mientras se paraba en sus puntas y besaba mi mejilla, al parecer se dio cuenta de lo que hizo, ya que se sonrojó y apartó más, maldecí por dentro.

Uhhhh, no,no claro que no, no saben que estoy aquí, simplemente quería saber cómo estabas, ya que desde hace un tiempo no te veía, y la ultima ve no te mirabas muy bien.- ella tras decir eso, agacho su cabeza y miro sus pies, después de un rato incómodo, su estómago comenzó a rugir. Por lo que veo tienes hambre, si quieres podemos ir a comer algo y luego te llevo a tu casa? .- se mostró un poco indecisa al principio.

Esta bien, me muero de hambre y aprovecho ya que no traje mi camioneta.

Esta bien, vamos.-dije mientras abría la puerta del copiloto de mi camioneta para que ella entrara, luego yo subí y me dirigí a un restaurante del pueblo que a pesar de que ya era muy viejo, seguía manteniéndose muy lleno.

Nos sentamos en una de las mesas disponibles y pedimos dos hamburguesas.
Mira, yo se qué tal ves no nos conocemos desde hace mucho, pero cualquier cosas que te pase, puedes contar y confiar en mi.-dije viéndola directamente a sus ojos.

Al parecer ella iba a hablar , pero en ese momento llegó la mesera con nuestra comida interrumpiendo el momento, después de eso ninguno de los dos volvió a hablar, después de pagar salimos y tome camino a su casa.
Podrías ir a otro lugar, no quiero todavía llegar a casa, necesito una tranquilidad.- dijo viéndome con los ojos llenos de lagrimas, me alarme al verla en ese estado.

Por supuesto, dime a donde quieres ir e iremos. Trato de calmarse un poco y me respondió

Recuerdas el lago Rive's ?- asentí y luego dijo: esta bien? Llévame ahí.- y se recargó contra la ventanilla y nadie volvió a hablar.

Al llegar nos sentamos en la parte trasera de la camioneta, simplemente admirando la vista

Quieres saber la historia del porqué llegue llorando el otro día? Te lo voy a resumir para no verme tan estupida, resulta que el chico que pensé que me quería y mi mejor amiga, llevaban viéndose a mis espaldas durante 6 meses, y durante ese tiempo, ellos se burlaron de mi, me mentían y me daban "cariño" si se puede decir así que no era verdadero.- me siguió contando mientras gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas y mientras más caían mas aumentaba mi enojo hacia aquel idiota.

No aguante simplemente las ganas y me deje llevar, así que la envolví con mis brazos, a lo que ella al principio se tensó, pero después me correspondió, haciéndome sentir el hombre más completo de este mundo.

Escúchame bien, ningún hombre, más bien ninguna maldita persona, tiene el derecho de hacerte llorar, no vale nadie la pena que valga tus lágrimas.- dije mientras con una mano sujetaba su mentón y con la otra limpiaba sus lágrimas.  Y colocaba mi sombrero sobre su cabeza ganándome una pequeña sonrisa de su parte.

Nos vimos directamente a los ojos, durante un buen tiempo, hasta que nuestra mirada bajaron a nuestros labios y nos fuimos acercando, hasta que los unimos en un magnífico beso.