29. Mordida de Amor

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El suelo se llena de sangre seguido por una voz firme: "¡DESPIERTA YA!". Ella abre los ojos lentamente y se da cuenta de que no está muerta. Sus manos aún tiemblan sobre el cuchillo. Una mano pálida y sangrienta sostiene el cuchillo. Daciana alza la mirada y se encuentra con los ojos dorados de Sorin, a solo pulgadas de su rostro. Sus ojos se abren como platos y suelta el cuchillo de inmediato. Sorin también la suelta y la deja caer sobre el suelo mientras que sus brazos sostienen a Daciana contra su pecho. Daciana estaba anonadada mientras era sostenida por Sorin, su guardián vampírico. Las lágrimas le corren rostro abajo como cascadas infinitas. Sus brazos se enlazan contra él mientras solloza descontroladamente. Él da una pequeña sonrisa y le acaricia la cabeza dulcemente.

-"¡No quiero morir así, Sorin! ¡Aún no estoy lista para esto!"- ella llora sobre su hombro. "Aún debo decirte tantas cosas...y a los demás también...¡Esto es injusto!"
  
-"Entonces, dime. ¿Qué es lo que deseas contarme?"- le dice mientras la aparta un poco para poder verla mejor.

Ambas manos son puestas sobre sus hombros para mantenerla en sitio, para que no pudiera escapar de él. Daciana desvía la mirada.

-"...Es complicado."- dice casi en un suspiro.

El hace un sonido con la lengua y le coloca una mano bajo la barbilla, obligándola a hacer contacto visual con él. Sin decirle ni una palabra, le planta sus labios sobre los de ella; los ojos de la chica engrandecen. De repente, deja de llorar y sus brazos caen rendidos a los lados de su cuerpo. Sorin se aleja lentamente y la mira directamente a los ojos.   

-"Sorin...¿qué significa esto?"- le pregunta en un tono de voz bajo.

-"¿Crees que permitiré que acabes con tu propia vida? ¡¿No me acabas de confesar que aún hay cosas que me debes decir?!"- Sorin alza la voz. "¡¿Querías morir y quedarte por ahí como un fantasmita arrepentido?! ¡Al carajo, no voy a permitir eso!

-"Sorin, estás herido."-

-"Estaría fatalmente herido si te hubieses privado de la vida, Daciana."-

Daciana oculta su rostro en su pecho. Sus manos, las cuales tiemblan incontrolablemente, caen sobre los hombros del vampiro. Por un momento, piensa en todo lo que Sorin le ha dicho y decide que es tiempo de decirle.

-"Sorin. Lo que te voy a contar puede que sea algo complicado. No es algo común entre los lobos."- ella comienza.

-"¿Qué cosa? ¿Qué hiciste tú imprenta en un lobo? ¿Qué hay con eso?"- el comenta cómo su fuera la cosa más natural para él.

Las mejillas de la chica se ruborizan y sus ojos de agrandan. De inmediato endereza la espalda y lo mira completamente atontada. 

-"¡¿Ya lo sabías?!"- Daciana casi grita con un tono chillón.

-"Eh...si."- le responde mientras asiente con la cabeza.

-"¡¿Por qué no me lo habías dicho?! ¿Desde cuándo lo sabías?"-

-"Tal vez quería oírlo de ti."-

-"¡Sorin!"-

-"¿Qué? Pensé que sería una confesión bonita de parte tuya."-

Aunque había corrido lo más rápido que pudo para detenerla y había sido testigo de lo que ella planeaba hacerse a sí misma, Sorin aún estaba tratando  de cambiar la tensión del ambiente con su humor.

-"Aunque, debido a las circunstancias, no creo que hubiese sido tan bonita o tal vez no me hubiese enterado en lo absoluto."- Sorin comenta casi para sí. "Solo quisiera que fueras más honesta contigo misma, Daciana."

Al final, no estaba interesado en su herida o en si mismo. Solo estaba enfocado en la seguridad de Daciana.

-"Qué vampiro tan desinteresado..."- Daciana se dice casi a sí misma.

La herida de Sorin comenzar a curarse y él le sonríe.

-"Que chica tan tontita, huyendo de todo el mundo cuando aun tiene cosas que decir."- Sorin le habla dulcemente. "Mira, princesa. ¿Quieres vivir, no?"

-"Los ojos de Daciana brillan tras oír la pregunta de Sorin. Ella asiente entusiasmada.

-"Has estado estancada tratando de decidir que ser, una lobo o una vampira...Para ser honesto, ambos sabemos que no podrás volver a ser una lobo. Estás consciente de eso, ¿verdad Daciana?"- él continúa.

Daciana desvía la mirada y asiente nuevamente.

Oye cuidadosamente lo que te voy a decir. Hemos decidido en permitirte ser una vampira."- finalmente lo expresa.

No era algo con lo que él estaría de acuerdo de inmediato, pero teniendo en cuenta que Daciana también quería vivir, no le quedaba otro remedio. Los ojos de la chica se abren como platos.

-"¿Y mi clan....? ¿Cómo me presentaré delante de Sam y Alexander? Se supone que cuidara del clan en lugar de Dacia..."- ella comienza a murmurar sus pensamientos.

Sorin la observa en silencio y luego la sostiene contra su pecho una vez más. Quería sentir el calor de su piel una vez más contra si. Cuando ella fuera un vampiro, ya no se sentiría así. Ya no podría oír los latidos de su corazón y mucho menos podría ver su rostro ruborizado. Daciana sabía que Sorin no quería que ella fuera una vampiro, pero parecía que había comprendido que era era la mejor opción para ella.

-"El clan estará bien. ¿Sam y Alexander? Ellos estaban tan confundidos y asustados como tú, pero estoy seguro que podrás presentarte ante ellos sin ningún problema. Después de todo, eres Daciana Lupu. Eres capaz de cuidar de tu gente de muchas otras maneras además se solo ser una alfa. Eres mucho más que una descendiente directo de los alfa previos."- las palabras de Sorin la han impresionado. 

Esas palabras tan fuertes la habían llenado de esperanza y comprensión. Ella sonríe desde lo más profundo de su corazón; finalmente había sonreído de esta manera después de haber sido consumida por el dolor y las memorias por tanto tiempo. Parecía que su parte humana tenía razón al haber sido atraída por ese vampiro y su lado lobo sabía mucho más que ellas y había hecho su imprenta en él. Ahora le corren lágrimas de felicidad rostro abajo mientras lo abraza. Descansa su cabeza sobre su hombro derecho mientras lo abraza fuertemente.

-"No sé por qué mi madre me cantaba una melodía tan triste desde antes...Tal vez no era para mi."- dice para si mientras lleva una mano detrás de la cabeza de Sorin.

Sorin la sostiene fuertemente. Aún tenía muchas cosas que decirle, pero el tiempo se le estaba acabando. Daciana comienza a temblar y lo sostiene aún más fuerte. Ahora las lágrimas corren por el rostro de Sorin mientras expone sus colmillos. Ella comienza a empujar la cabeza del vampiro contra su cuello.

-"Lo siento tanto, Daciana."- sus palabras eran completamente sinceras.

Él realmente no quería hacerlo.

-"¿No hace mucho habías proclamado que me harías tú propiedad?"- ella bromea con una voz temblorosa. "No quiero que otro vampiro lo haga, Sorin Gheata, mi vecino amistoso, mi mate vampírico."

Sorin trata de controlar sus emociones mientras sus colmillos caen sobre la piel expuesta del curso de la chica. Ella deja un pequeño gemido mientras los colmillos penetran su piel. Los ojos de Sorin están llenos de lágrimas mientras bebé de la sangre de Daciana Lupu. Tal y como lo había sospechado, su sangre era dulce. Ese era el olor con el cual había estado obsesionado desde que la conoció y, ahora, la estaba probando por primera vez sin solo satisfaserce con su olor. La sangre le corre por los hombros y le mancha la ropa a la chica. Las manos de Daciana están temblando incontrolablemente en los hombros de Sorin. Hacen contacto visual y, por un momento, Sorin quería alejarse, pero Daciana comienza a acariciarle la cabeza. Era obvio que no podía detenerse por dos razones: su sangre era demasiado tentadora y necesitaba casi drenarla como le pasó va Dacia. Daciana comienza a perder fuerAs y sus brazos caen a su lado mientras sus ojos se cierran lentamente.

Lo lamento, Princesa...Los pensamientos de Sorin retumban en su cabeza. 

Regresándola ||completada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora