Regresándola ||completada||

EPÍLOGO

Algunos años más tarde...

La mansión Lupu se veía tan majestuosa como siempre, aunque le habían dado algunos cambios en el exterior como lo fue el nuevo jardín en frente de la mansión. Parece que han hecho un camino con rosales causando que la mansión cobre vida. Hay unos niños corriendo en el patio. Se ríen a carcajadas mientras se siguen el uno al otro sin preocupación alguna. Entre los niños, hay una chiquilla de cabello cobrizo que tenía los ojos impares: uno verde y el otro era marrón.

-"¡Daria! ¡Flaviu!"- un hombre llama a los niños.

Daria se pone en pie y mira sobre su hombro en dirección al bosque. Vestía un traje blanco, su cabello suelto y había estado corriendo completamente descalza. El chico llamado Flaviu tiene el cabello negro, ojos marrones y la piel un poco más oscura que el de la chica. Podríamos decir que era más bronceado. Aunque el hombre los haya llamado, Daria continuaba mirando hacia la distancia.

-"También lo sentiste, ¿verdad Dari?"- le pregunta Flaviu.

Daria asiente lentamente. Ambos sabían que los habían estado observando.

-"Ah..."- Daria había notado algo. "Creo que recuerdo ese olor. Es la mujer que nos ayudó el día que nos perdimos en el bosque."

Los ojos de Falviu engrandecen, pues él sabía de lo que ella hablaba. Hubo una ocasión en la que se perdieron en el bosque, habían dos individuos, un hombre y una mujer. La mujer parecía tener los ojos impares al igual que Daria pero de otro color. Ella había sido de lo más amable y los ayudó ba regresar a la mansión sin causarles daño alguno. Era cierto que sus padres le habían dicho que no todos los vampiros eran malos, pero aún así los rumores de que los vampiros eran los villanos sin corazón nunca cesaría por esas tierras.

-"¿Por qué andan tan despistados? El alfa Gavril los está llamando."- era Silviu quien llamaba a los niños.

Se había dejado crecer un poco la barba y se la estaba manteniendo. Fue entonces cuando se percata en lo que Daria observaba tanto.
 
-"Niña curiosa ... Sé que también puedes sentir su presencia. No te preocupes, ella no les hará daño. Ella solo se pasa cuidando de ustedes."- él les habla suavemente a los niños.

Flaviu es el hijo de Silviu y Daria es la hija de Gavril. Él les revuelca el cabello a los niños y añade: "Esa Daciana...viene a ver a mi chico primero en vez de saludarme a mí", mientras sonríe para sí.

Un par de ojos dorados brillan en el bosque entre uno de los árboles. El brillo desaparece y es reemplazado por un par de ojos impares. Ella simplemente sonríe para sí y lanza el cabello detrás de los hombros. Alguien se detiene a su lado.

-"Daci, ¿qué te dije sobre irte sola? No es justo, sabes..."- él le dice con su actitud de siempre.

Ella levanta su mirada y le saca la lengua. Él pretende estar ofendido y luego se hecha a reír. Era Sorin Gheata, el vampiro que se había hecho amigo de Silviu hace unos años atrás. Él entre cierra los ojos y mira hacia la distancia. Sus ojos se abren de repente y le lanza una mirada a la chica.

-"Oh no. No me digas que planeas ir para allá..."- Sorin se da una palmada en el rostro.

-"Pero si ya se ha convertido en un alfa admirable. Quiero decir, soy la hermana del Alfa Lupu. Puedo venir cuando se me pegue la gana, ¿no?"- ella comenta mientras lo mira con una sonrisa pícara en el rostro.

-"Por Dios...en qué te he convertido. Está bien, pero no te vayas a buscar líos."-

Ella se ríe y se pone en pie. Pues no era otra que Daciana Lupu misma. Ella se había estado quedando cerca por algún tiempo y ahora había estado cuidando a los niños mientras corrían cerca del bosque.

-"No te preocupes tontito. No soy tu que se va asustando a la gente por ahí. Yo iré directo a la parte de 'Soy tu vecina amistosa' de la historia."- ella le comenta a modo de broma.

Ella recordaría su encuentro para siempre. Ahora que ella era una vampira, no sé arrepentía de nada, pues podría quedarse con él y eso era todo lo que importaba.

Sorin se lleva las manos a la cadera y le planta un beso en la cabeza.