-¿Por qué no me lo mencionaste desde un principio?- Götze permaneció callado.- ¿Por qué no me lo dijiste en persona?
-Eso intente...- dijo por fin.- pero...- volvió a quedarse callado.
Aquel día Götze estaba en la entrada de la casa de Reus, su mejor amigo y amante. No le pareció adecuado pasar, no esta vez, porque ahora era diferente y si lo esperaba adentro hubiese creado una ilusión absurda en su amigo. Mientras a Reus, se le notaba la decepción en su rostro cuando llegó y lo vió ahí, sentado esperándolo.
Decidieron conversar en el dormitorio, que muchas veces compartieron. Götze fue a la cama y Reus permaneció en el marco de la puerta.
-¿Por qué Mario?
-No lo sé.- Götze insistía con esa respuesta.
-Es que... sí, sí lo sabes...
-Entonces, si sabes que lo sé, esta discusión no tiene sentido...
Reus no supo qué decir, el silencio era muy tenso. Götze ni siquiera lo miraba. Permanecía sentado en la cama, estaba muy tranquilo o eso pretendía aparentar, mientras que el pobre de Reus tenía demasiadas ansias.
Sabía que si no hacía algo o decía lo correcto en ese momento lo perdería para siempre.
-Si ya no tienes nada que decir,- Götze sacó de sus pensamientos a Reus.- me tengo que ir.
Se levantó dirigiéndose a la puerta, Reus estaba ahí esperando que hiciera algo más.
-Además, tengo que hablar con Ann...
Eso dejó más helado a Reus
-¿Hablarle a Ann?
-Sí, ya sabes, mi novia.
Reus se hizo a un lado para que pasará Götze, pero al estar a punto de cruzar la puerta lo detuvo.
-¿En verdad?
-Sí.- Respondió Götze sin siquiera verlo.
-Mírame a los ojos. Vuelve a decirlo.- Reus se acercó a él, a su rostro. Estaba desesperado y sus ojos ahogados en lágrimas que en cualquier momento saldrían. Mientras Götze escondía la mirada de su acusador.
-Yo...- contestó con un tono de voz apenas audible. No quería enfrentarlo.
-Mario, te lo ruego.-Su acercamiento ya había pasado de la amistad. Sus labios rozaban peligrosamente los de Götze.- Mario...
El beso por fin se dió, y este estaba cargado de mucho cariño; como si el que lo recibiera fuera de arena y que, con cualquier tóque se destruyera.
-Necesito saber...
-Basta...- Götze se acercó de nuevo a Reus para que sus labios volvieran a topar; para que Reus callara.
No había salida.
Reus estaba acorralando a Götze, pero las caricias y los besos iban subiendo de tono acercándolos a la cama, donde Reus tenía el control sobre él, sobre lo que sucedía dentro de ese campo.
-Dímelo...- Susurró por última vez antes que la lujuria los adsorbiera. Antes de que las lágrimas se ocultaran con el sudor que provocaba el calor de dos cuerpos al desnudo.
No había forma de detener el erotismo que sucedía en aquella habitación, así como tampoco había forma de callar los gemidos y orgasmos producidos. Algo no muy nuevo para Götze.
Pero esta vez para Reus era diferente. Esta vez, estaba desesperado. Le rogaba al destino que no lo separara de su niño de oro.
"Quédate conmigo..." Era su único pensamiento.
Llegaron al punto en que sus cuerpos se estremecen. Donde sus almas salen por alarido gemido orgásmico.
Götze tocó el rostro de Reus al terminar, pues por su mejilla rodaba una pequeña gota.
Aquella noche, el cielo estaba cubierto por nubes grises. Una tormenta llegaría a Dortmund. El día en que Götze le dijo a Reus su cambio de equipo. Donde Reus sufría por su niño, pues no quería que se fuera.
En verdad no quería perderlo.
Sus cuerpos rebosaban debajo de las sábanas mientras la lluvia comenzaba, poco a poco, a caer. Götze permanecía sentado, recargado en la cabecera de la cama y Reus estaba acostado, dándole la espalda, iba quedándose dormido. Los párpados le pesaban mucho, solo por un momento, descansaría unos minutos.
-Sabes,- escuchó una voz a lo lejos.-el hecho de cambiarme de equipo, no significa que te cambie a ti. Eres mi mejor amigo sobre todo. Nadie puede quitarme eso y lo sabes muy bien.
-¿Ma... Mario? - Susurró Reus sin levantarse.
-Te amo.
Más adentro de la noche, el escándalo de la lluvia despertó de un sueño extraño a Reus.
Estaba solo.
Götze se había ido mientras que él dormía. Se sentó y notó que su ropa, la cual, había terminado en el suelo esparcida horas antes, ahora estaba doblada y acomodada. Inmediatamente busco su celular, el cual estaba sonando pero no era lo importante, sino, el hecho de que había una nota de Götze.
"Perdón, me hablaron de casa y tuve que irme.
Mario."
El insomnio le había llegado. En su rostro una pequeña sonrisa, pero desapareció al pensar qué es lo qué habría pasado. Quizás su madre le habría hablado para festejar aquel gran fichaje. Todo lo que ganaría, sin dudar Ann estaría ahí. Tal vez esa noche también se acostaría con ella.
Ella le molestaba.
Sin embargo, lo que Reus ignoraba era que la madre de Götze le marco preocupada a su niño, pues al llegar a casa, en la puerta había un letrero pintado que decía Judas.
Esto apenas comenzaba.
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El inicio de un "Adiós"
Roman d'amourInspirado en el fichaje de Mario Götze y las dos últimas semanas que paso antes de irse al Bayern. También en la reacción que tuvo Marco Reus al enterarse que su mejor amigo se iba del club BVB. Advertencias y aclaraciones: Algunos capítulos puede (...