Descuidos

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Götze aun podía recordar aquel día, era cotidiano, de mera convivencia. Su hermano estaba abajo, esperando a Ann. Ella llegaría en cualquier momento. Pero ellos..

-Por favor Mario, algo rápido.- Le decía Reus al oído

-No, no podemos. Nos van a escuchar abajo…- Götze estaba completamente acorralado en una esquina de la habitación, con Reus sobre su espalda.

-¿Y qué? Será rápido. Lo prometo.- Seguía susurrando mientras sus manos desabrochaban los pantalones de su amigo.

-Marco, no… -Forcejeo con él. No podía, no debía, no en ese momento, pero los besos que se daban lo iban deslizando al libido.

Como había dicho Reus, sería algo muy rápido, así que solo le bajo los pantalones y comenzó a masturbarlo. La parte de la trasera desnuda de Götze, se encontraba pegada a la parte delantera de Reus y este ultimo le tapaba la boca a su amigo que estaba sometido, para que no hiciera ruidos.

Götze se inclinó, con sus manos se apoyaba contra la pared, mientras que Reus, ya se estaba bajando los pantalones, quedando de las caderas hacia abajo desnudo. Ya el centrocampista del Bayern Munich entendía que no debía abrir la boca, pues todo lo que saliera de ella a continuación los pudiera perjudicar.

Reus se acercó y su amigo lo sintió, se estremeció.

-Lo siento.- dijo el chico que era demasiado rubio para ser natural. -seré un poco brusco.-Sin más que decir, lo fue penetrando. Despacio.

Después de un momento, Reus comenzó a moverse, mientras Götze se le iba el alma. De nuevo sintió la mano en su boca, sabía que tenía que tragarse sus gemidos, de alguna manera, le gustaba como vibraba la mano de Reus cuando estos chocaban contra la palma de su mano.

Los ritmos se aceleraban, la respiración de Götze se volvía pesada y la de Reus se agitaba cada vez más. Ambos sabían que el niño dorado terminaría primero, y no faltaba mucho.

El momento había llegado. Habían alcanzado el clímax de lo que sería un deleite de orgasmo para el oído, si no fuera porque estaba obstruido por una mano. Reus tendría que ser rápido pues no quería manchar a su amigo. En las pocas veces que lo habían hecho, jamás se había venido en él. Esa ocasión, tampoco sería la excepción.

Götze ya había llenado la mano del centrocampista del Borussia Dortmund, ahora solo faltaba él, no tardaría, la situación era lo que más lo excitaba. Como pudo, corrió al baño, dejando a su amigo en su cuarto, medio desnudo.

-¿Por qué siempre haces eso?- pregunto Götze que aún no se vestía, necesitaba limpiarse de lo poco se había ensuciado. Reus salió y lo observo, él ya estaba abrochándose los pantalones.

-Porque si, por que te amo.- Lo beso y se sentó a su lado.- Vamos límpiate, me estas volviendo a provocar.

-¿No te iras?- Götze se levantó y se encamino hacia el baño. Estaba un poco sorprendido porque Reus se había quedado.

-Te espero. Anda, no creo que haya prisa.

Ninguno de los dos se preocupó por cerrar la puerta del cuarto. Los dos se arriesgaron a tener una espectadora.

Ante aquel recuerdo, Götze decidió centrarse en su familia porque lo que le había pasado a Félix no era algo casual. Si Reus quería hablar, sabía dónde encontrarlo.

El inicio de un "Adiós"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora