Robert Lewandowski

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El equipo del Borussia Dortmund entrenaba para la final de Champions, irónicamente contra el Bayern Múnich, un clásico alemán. Ese partido seria el último para Götze, pero durante los entrenamientos, empezó a bajar la calidad de juego. Aquella última semana en el club le pesaría, los aficionados enfurecidos esperándolo y ahora esta molestia muscular, no era nueva pero tendría que revisarse. Por lo pronto, aquel día había terminado el entrenamiento para él, solo esas dos cosas, ninguna carga más, o eso es lo que Götze creía cuando alistaba sus cosas en los vestidores y escucho como alguien entraba.

-¿Marco?- Ni siquiera se inmuto al escucharlo caminar hacia él.- Marco, ya te escuche…-espero respuesta pero nada.- Basta de juego Marco… perdón, Robert, creí que eras…

-Marco, si… lo note.-Interrumpió la frase Lewandowski, que le sonreía.

-¿Te puedo ayudar en algo?- El polaco solo lo miraba mientras daba unos pasos. No decía nada y su rostro estaba tenso.- Lo siento, -dijo Götze de forma incomoda-  pero me tengo que i.

Cuando dijo eso, la sonrisa de Lewandowski desapareció y cuando el menor estaba a punto de darse la vuelta, lo detuvo.

-Sabes, pensándolo bien, si puedes ayudarme.-Ellos dos se encontraban completamente solos, de eso se aseguró Lewandowski.- Puedes irte a la mierda… y por el amor de Dios, no vuelvas.

Götze se quedó gélido ante la declaración, pero no lo dejaría así.

-¡Oye! ¿Qué diablos pasa contigo?- El alemán retrocedió ante la aproximación del polaco.

-No te hagas el que no sabe.- Lewandowski lo empujo tratando de acorralarlo.- A cualquiera, incluso a mi puedes tratarnos como se te venga en gana, pero a Marco no…

-Pero si…- el polaco seguía empujando hasta que Götze quedo contra la pared y estando ahí, lo tomo por el cuello de la playera y lo arremetió contra la misma.

-¡No maldito! Marco no merece esto… ¡Entiéndelo de una maldita vez!

-¿¡¿De qué carajos hablas?!?- Por fin Götze lo empujo librándose de Lewandowski un poco.

-Cómo eres imbécil…- Lewandowski mordió su labio inferior al tiempo que empuñaba sus manos.- ¿Cómo no te puedes dar cuenta del daño que estas ocasionando?

-¡Eso es algo que no debería importarte!- Götze creía que era lo que estaba pasando con su familia.

-¿Sabes algo? No todo gira entorno a ti, y ¡te juro por Dios que si vuelvo a ver a Marco llorar…!

“¿Marco? ¿Verlo llorar?”

Y con las palabras de Lewandowski lo confirmo, aquella noche, donde estuvieron por “ultima” vez juntos, esa pequeña gota pretendía ser sudor pero solo era la enorme agonía de Reus, la tristeza de la partida y la angustia de un corazón roto.

-¿Lo has… por qué crees que es por mí?

-No soy idiota, lo conozco, incluso mejor de lo que tú crees, por algo estuvo primero conmigo…- el polaco se acercó y le dio un leve empujón a Götze, que no podía ocultar la rabia que sostenía, sus mejillas lo delataban.

-Lo acabas de decir, “estuvo”, por algo te dejo… además, al Marcos que tu conocías al de hoy, hay tanta diferencia que no lo sabes. No lo conoces y te apuesto, -Götze ahora era el que amenazaba- que no sabes nada de nosotros…-El niño temeroso había huido y en su lugar se presentaba una versión más varonil que lo defendía- No sabes nada de nuestra relación…

-¿Relación?- Lewandowski lo miro con sarcasmo, sabía muy bien a lo que se refería pero jamás hubiera mencionado en voz alta y eso le parecía gracioso.

El inicio de un "Adiós"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora