-VEINTIDOS-

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En ese momento yo estaba en un auto con Min Yoongi, nada de esto tenía sentido.

-¿Vamos a mi casa, no?- Pregunté cuando sentí el motor encendido, pero todavía no nos moviamos del estacionamiento.

-¿Tienes miedo de que pueda secuestrarte?- El albino ladeo su cabeza para verme, con esos ojos intensamente negros y su tipico tono sarcástico.

Sentía muchas cosas en ese momento, pero nada tenía que ver con miedo. Al contrario.

-¿Supongo que no?- Mi voz salió algo dudosa, así que Min Yoongi frunció su ceño confundido.

-Niña, solo confía en mí.-

-¿Por qué debería?-

El silencio se adueñó del momento, lo que logró ponerme aún más nerviosa ¿Ya lo había arruinado?

Mordi mis labios tan fuerte, que tuve que disimular mi corto grito de dolor. Por otro lado, Yoongi sólo me observaba directamente a los ojos, parecía pensar una respuesta.

-Me importas más de lo que crees.-

¿Que?

Automáticamente Yoongi avanzó con su viejo auto, durante todo el viaje trate de esconder mi sonrisa de satisfacción al escucharlo.

-¿No vas a responderme?- Llegamos a un semaforo rojo y el albino aprovecho para hablarme. -Si no hablas hasta explotar, no puedo reconocerte.-

Ya comenzaba a ser fan de las diminutas sonrisas de Min Yoongi.

-Se que te importo albino, soy algo torpe pero no tanto.-

-Eres más que torpe.- Interrumpió mi explicación, mientras volvíamos a avanzar.

-Estúpido.- Golpee su hombro, lo que en realidad no fue muy inteligente de mi parte, ya que el esta conduciendo. Yoongi no pudo evitar mirarme con su expresión de "Te lo dije" que le encantaba hacer.

Estar con el me hace ser yo misma, me siento mucho más libre que en cualquier otro lugar.

-Llegamos niña.-

-Gracias por traerme Min Yoongi.-

El motor del auto se apago, dejando unos blancos momentos de silencio, en los que no sabia que hacer.

-Ya, bajate de mi auto.-

Tome mi mochila y obedeci sin más, no tenía un mejor plan que solo irme de ahí. Al bajar sentí un leve suspiro agotador de su parte, lo que me entristeció un poco.

Camine fingiendo normalidad hasta la puerta, donde me fue imposible no mirar hacia atrás para verlo, seguía ahí, dentro de ese auto viejo. Yoongi miraba sutilmente por su rabillo del ojo, como si no fuera a notarlo.

No me podía quedar ahí parada por más tiempo, no sería normal. Finalmente decidí entrar a casa, soltando un gran suspiro de angustia.

Mi espalda chocó contra la puerta y sin darme cuenta me había sentado sobre el suelo.

Tal vez fue la adrenalina de estar con Yoongi lo que evito que no sintiera casi dolor, pero de un momento a otro todo fue diferente.

Tuve que caminar hasta la cocina para buscar hielo, pero se había agotado, lo único que quedaba era un trozo de pescado viejo y carne molida.

Recordé que Jimin quería cocinar carne esta noche, así que no había más opción que el pescado.

Estuve con ese pescado congelado y viejo en el ojo por casi diez minutos, hasta que la puerta sonó derrepente.

^Si Realmente Me Amas^ BP-BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora