-VEINTITRÉS-

850 62 40
                                    

Ir en un auto viejo con Yoongi era mucho mejor que estar en un avión privado con cualquier otra persona en el mundo.

-¿Qué tan lejos vives?-

-A unas cuantas calles.- Respondió mientras doblabamos en una plaza vieja. -¿Vas a venir a acosarme por las noches?-

-Te encantaría que eso ocurriera.-

El lado divertido de el albino era demasiado interesante, con cierto sarcasmo y superioridad pero aún así se le escapaban sonrisas alegres.

-Deberías hablar con Jennie, dejarle claro que no puede seguir así.-

-¿Asi como? ¿Usandome como bolsa personal de boxeo?-

-Exacto.- Soltó al estacionar frente a unos departamentos grises y sombríos, con un aire a soledad.

-¿Aquí es?- Trate de no sonar aturdida, pero creo que Min Yoongi sabía exactamente lo que pensaba.

Era la clase de lugar donde mi madre no me hubiese permitido entrar.

-Aja.- Ambos seguíamos en el auto. -¿Arrepentida?- Su voz salió desafiante, como si estuviera probandome.

Sin decir más abrí la puerta del auto negro, para salir de ahí decidida, escuche claramente la risa burlona de Yoongi, pero preferí ignorarla.

Lo seguí hasta llegar a la puerta del edificio, se veía mucho peor de cerca, al entrar las puertas eran de un rojo oscuro y las paredes grises por dentro.

-No hay ascensor niña.- Comentó. -Y vivo en el piso 12.-

-Sera divertido caminar.-

No, no lo era pero no podía rendirme estando tan cerca.

-Como digas.-

Ambos subíamos las largas y empinadas escaleras, un extraño olor a plástico quemado inundó mi nariz.

El aroma de Yoongi era muy particular, olía a hojas de libro viejo y a madera, pero resultaba reconfortante.

Al llegar al piso doce, el compositor se encaminó hasta una de las puertas, esta también era de color bordo y tenía un número grabado en ella.

103

Al entrar sentí un aire frío pasar por mi nuca, las luces estaban oscuras pero aún así distingui su cama completamente revuelta.

-No creo que tu casa gigante se compare con esto, niña.-

Intente nuevamente no parecer sorprendida, pero sabía que Min Yoongi tenía claro lo impactada que estaba, como si pudiese leer mi mente.

Hasta que note algo que me hizo dejar de sentir esa extraña soledad que transmitía el departamento. El único objeto colorido se apoyaba sobre la mesa junto a su cama, mi lápiz.

-Es genial.- Respondí con una sutil sonrisa sincera, mientras notaba que todo su departamento contaba con solo una habitación y el baño diminuto.

-Ya estas aquí.- El lanzó al suelo algunas cosas que se encontraban en su cama y con tranquilidad se sentó en esta. -¿Ahora que?-

Mi mente estaba en blanco, solo quería estar con Yoongi, no tenía un plan elaborado para que esto no se viera como un acoso psicópata.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 26, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

^Si Realmente Me Amas^ BP-BTS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora