Jeongyeon seguía siendo callada, pero esto no implicaba que no fuera feliz, por el contrario no podía dejar de sonreír cuando se encontraba con su joven ama, aun cuando solo observaban la inmensidad del cielo azul ella desviaba la mirada para observar a la tierna chica que estaba junto a ella y sonreía al pensar lo afortunada que era de tenerla en su vida.
Pero como todo en la vida nada es realmente perfecto pues el señor Minatosaki aun regresaba en ocasiones para verificar que todo estuviera en orden. Esos días eran los peores para las dos chicas porque Jeong debía soportar los malos tratos de los Minatozaki y Sana debía tratar mal e incluso golpear a Jeongyeon frente a su padre solo para complacer a este y aparentar que todo era normal, en esos días la menor de las chicas tenía que volver a vestir la peor ropa, comer lo que les daban a todos los empleados que difícilmente era llamado comida, dormía en el suelo y si quería bañarse debía hacerlo en el arroyo a altas horas de la madrugada para no utilizar el tiempo que debía dedicarle a su ama. Además de que no podía tomar ningún tipo de lección y mucho menos recibir los cariños que tanto le agradaban de su joven ama.
Lo único bueno es que las visitas del señor no duraban tanto o bueno no solían hacerlo hasta que por desgracia el señor Minatozaki se volvió a casar. Aprovechando que para la sociedad su esposa había muerto y no había nada que lo impidiera.
Como era de esperarse se realizó un gran evento en la mansión para celebrar la ocasión. Así mismo como no era de sorprenderse el padre de Sana la negó y la presento ante todos como su sobrina la cual estaba de visitan tan solo por un corto tiempo. La japonesa temía que alguien la reconociera de sus cortos paseos en el pueblo pero al parecer ninguno de los presentes la había visto antes.
Si la situación fuera distinta, si Sana no fuera la primogénita sino que la segunda hija después de un varón de seguro el señor Minatozaki la hubiera presentado con el mayor de los gustos. Pues la belleza de la chica resaltaba y se robaba la atención de los hombres de todas las edades.
La ceremonia transcurrió con normalidad para abrir paso a la típica elegante celebración, ocasión que más de un hombre aprovecho para acercarse a Sana, elogiarla e incluso intentar conquistarla, algo que no funciono pues por alguna razón ninguno de los chicos le llamaba la atención.
Por otro lado, una molesta Jeongyeon atendía a los invitados mientras no perdía de vista a su ama y lo que hacía, pues temía que alguno de los hombres se intentara sobrepasar con ella.
Por fin todo ese protocolo termino y en la mansión solo quedo Sana y los empleados pues su padre se fue de "luna de miel" a Japón para presentar a su nueva esposa a todas aquellas personas con las que tenía negocios.
Ya era momento de descansar así que la joven Jeongyeon ayudo a su ama a prepararse para dormir, ya no tenía aquella típica sonrisa en el rostro que la japonesa se había acostumbrado a ver.
-¿Podemos hablar Jeongyeonssi? ¿Ha ocurrido algo?
-¿Le interesa alguno de los hombres que conoció hoy?
-¿Qué?
-¿Qué si le interesa alguno de los hombres que conoció hoy?
-Si escuche la pregunta pero no entiendo a qué viene todo eso.
-No es nada, no importa si no quiere responder.
-Señorita que son esos modales.
-Lo siento.
-No importa, ahora ven y yo te ayudo a preparar para dormir.
-No es necesario yo puedo sola.
-No pregunte si quieres, es una orden.
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JEONGxTWICE (Oneshot de Jeongyeon) ll
FanfictionEn este libro se mantendrá la temática de la primera parte de estas historias. Serie de capítulos Oneshot donde Jeongyeon será la protagonista la mayoría de los capítulos serán de shipps de las miembros de Twice con Jeongyeon. Los capítulos que con...