❝Glory Nights; 1930❞ ﹙Yoonmin﹚

XXVI

— ¿Confías en mí?— Aprieta sus ojos y traga con fuerza algo nervioso al tener el cuchillo en su garganta.

— Ya no — Dice con el ceño fruncido más que enojado al no tener explicación despues de lo que acababa de ver.— ¿Con quién demonios hablabas ahí adentro?

—No debiste seguirme Yoongi, maldita sea no puedo decirte nada — abre levemente sus ojos para encontrarse con la mirada fría de su mayor.

—Me dirás todo Jimin, ahora mismo—  Roza el cuchillo con el cuello del menor para proporcionarle más miedo y desesperación.— La poca confianza que deposité en tí la has tirado a la basura.

—No, no lo hice — Aprieta sus labios tras decir eso. Se encontraban en un callejón, Yoongi había mandado a uno de sus hombres a seguirlo y este le avisó donde se encontraba, entonces decidió ir hacia el restaurante. Pidió una mesa algo alejada a la de Jimin y allí pudo verlo en la zona privada hablando con un hombre que no le resultaba para nada familiar. Al notar que Jimin iba con Jungkook supo que algo estaban tramando estos dos, así que lo que terminó de convencerlo fué el apretón de manos a lo último.
Al ver como Jimin y Jungkook se iban escuchó al mesero llamar "oficial Myers" al acompañante de estos dos.

Así que supo bien de qué se trataba, Jimin el único caso que tenía encargado era el de los Montana y no le había dicho nada a Yoongi sobre un nuevo caso, sumándole que mintió con respecto a que se iba a ver a su hermano pero claramente no fué así.

Yoongi siguió a Jimin y al ver como Jungkook tomaba otro camino lo aprisionó en un callejón.

—Si lo hiciste— Quita el cuchillo y lo reemplaza por su mano, agarrandolo con firmeza y obligándolo a mirarlo — Maldita sea Jimin, te abrí las puertas de mi casa, te ayude con lo de tu hermana incluso te dije quién soy y aún así no te importó. — Aprieta con más fuerza provocando que al menor se le dificulte respirar. — ¿Pero sabes que? Esos días terminaron, a partir de ahora te ganarás mi confianza con actos. Ya no me importa que seas el Jimin de la infancia, no me importa que hayas sido mi amigo. De ahora en adelante eres solo Jimin, el maldito infeliz que me traicionó.

—Odiame si quieres Min, insultame lo que quieras pero no vas a manipularme cómo haces con todos. Entiende que todo el mundo no tiene que seguir tus malditas órdenes. — Jimin dice empujándolo para recuperar un poco de aire.— Éste no es el Yoongi que quiero.

— Lástima, ya no tendrás a ese Yoongi... así como yo no tengo a ese Jimin. — agarra fuertemente su brazo y comienza a caminar hacia su auto arrastrando al menor con él. Lo empuja en el asiento del copiloto y luego sube  — Seré Tony para ti ¿Quieres ver en lo que me convertí cuando no estabas? — Enciende el auto y comienza a manejar en dirección a la casa del menor, era el único lugar donde estarían solos ya que la mansión ahora estaba llena de personas por todas partes.

— Yoongi cualquier cosa que estés pensando sobre mí, estás equivocado — Dice molesto mirando por la ventana intentando no cruzar miradas con el mayor.— Todo ésto se puede explicar.

—No Jimin, nada necesita ser explicado. Te perdone muchas veces y aún así no has entendido, ésta vez no será igual. — Yoongi miraba el camino.

—¿A dónde vamos? — Jimin agacha la mirada y aprieta sus labios.

— A tu casa — responde seco.

—¿Para que?—

— Ya verás...—

⚜

— No, Yoongi... — Jimin es arrastrado por el mayor adentro de la casa y siente como este lo empuja hacia el sofá y se sienta frente a él. — No es lo que crees.

— No me importa, mírame.— Frunce el ceño mientras agarra con su mano izquierda el mentón del menor y lo aprieta para obligarlo a que lo vea.— No quieras excusarte más Jimin. No te sirve de nada perder tu dignidad con mentiras. Acepta que eres un mal mentiroso, mal detective y muy mal amigo...— Yoongi mira al menor con desilusión, debía admitir que esperaba una traición de cualquier persona a su lado, pero no de Jimin.
Creía que después de tanto tiempo que estuvieron separados por la distancia por fin podrían estar juntos y más sabiendo que se atraían como algo más que amigos. Pero fué un ingenuo al pensar eso, cayó ciegamente en las palabras de Jimin, depositando su confianza en él.

Muerde su labio inferior y niega con la cabeza pensando en cómo podía ser tan imbécil de no darse cuenta antes. Pero más aún se arrepentía de querer tanto al menor frente a él como para no molerlo a golpes o torturarlo hasta que no pueda más. Ganas no le faltaban pero sus malditos sentimientos se lo impedían.

Pensaba en como cambiarían las cosas a partir de ahora, ya no sería el chico que le confiaba todo, o el idiota que iba a verlo todos los días para saber cómo estaba y si su día iba bien.

No, ahora tenía un montón de angustia que la desquitaria con Jimin, no lo golpearía o lastimaria como a los demás. Él lo volvería loco en la forma que más le duela a Jimin.

El menor sabía que lo peor que podía hacerle a Yoongi era traicionarlo.

Y Yoongi sabía cuáles eran las debilidades de Jimin.

El menor tocó el punto débil de Yoongi.

Entonces Yoongi tocaría los puntos débiles de Jimin que había podido aprender fácilmente cuáles eran con el tiempo que habían llevado juntos.
Volvería de su venganza un juego divertido, al menos para él.

Sonrie gélido proporcionando un leve temor en Jimin, no se sentía a salvo estando con él. Estaba asustado, pero sabía bien que el se ganó esa maldita sonrisa que tanto odiaba, si, la odiaba porque no era una sonrisa bonita.
Era una sonrisa macabra que escondía pensamientos mórbidos.

—Y-Yoongi... — Susurra aterrado mientras el mayor se levanta y lo agarra del brazo para tironearlo hasta la habitación, subiendo las escaleras en un leve forcejeo. Al llegar a la habitación de Jimin Yoongi lo empuja tirandolo en la cama y da un portazo para ambos quedar allí dentro.

El mayor se quita su saco y chaleco negro para así quedar con su camisa blanca y tirantes azules. Jimin lo mira con el ceño fruncido y se echa para atrás en la cama algo temeroso.
Yoongi apoya sus manos en la cama y mira frívolo al menor.

— Desnúdate. — Frunce el ceño molesto, ordenando al menor.

— ¿Q-que? — Jimin se traba al responder sin poder creer lo que el mayor le pedía.

— Desnúdate ahora. —

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Jeje sin palabras.

Bueno comenten, dejen su estrella y síganme. Lxs amo Sisi.

E

ra un poco obvio que Yoongi iba a mandar a seguir a Jimin, tarde o temprano se iba a enterar.