Impresión

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—No había mucho tiempo desde que abandoné mi hogar. Tenía solo 4.5 dólares en mi bolsillo y mi padre gritaba «largo de aquí hijo de puta» mientras su esposa lo detenia para que no fuera contra mi.
Pase más de 4 noches deambulando por la ciudad hasta que llegue aquí. Supongo que al mirar aquel edificio enorme y brillante y en especial esa estatua donde dos manos de diferentes personas tocan el mismo corazón… movio algo en mi interior.
Solo quiero poder… ayudar a alguna persona, alguien que como yo, sepa sobre el dolor, y poder juntos combatir las tinieblas de la soledad— unas cuantas personas del jurado se limpian los ojos comovidas.

—Es suficiente, nosostros lo llamaremos.
—De acuerdo, buen día.
—Buen día.

Al salir de la habitación doy un largo suspiro y camino directo al sanitario. Cierro la puerta y doy un puñetazo contra una de las puertas.

—¡Nosotros lo llamaremos! ¡Hijo de perra! ¡No puedo creerlo, sabía que seria una pérdida de tiempo!— busco mi teléfono y marco a Shorter— Oye, esto es una mierda, me prometiste que con unos cuantos lloriqueos me darían el empleo, sabes que necesito el dinero.
—Lo siento Ash— contesta en la otra linea— pero así lo hice y fue muy fácil, pense que daría resultado en ti, lo presentía.
—Parece que no es así… ¿Que haré ahora? Yo solo quiero dinero fácil cuidando un viejo que me de todo al morir, ¿es mucho pedir?
—Lo haces sonar extraño de esa manera…
—Lo sé, puede ser egoista, pero tengo mis razones… en esta porquería de mundo solo algunos sobreviven— un celular suena dentro de los casilleros y me sobre salto— luego te marco…— camino frente a éste y toco la puerta— se que estás ahí sal.

Un hombre asiático no mayor de 40, abre la puerta un poco asustado. Tiene la insignia de laborar en la empresa. Un escalofrío entra por mi cuerpo. Si el habla, seguramente no tendre el empleo.

—Lo siento, debió escuchar mi conversación, yo no quise decir eso, es solo que necesito el dinero. Realmente quiero laborar aquí, yo agradecería si pudiera olvidar lo que dije.— Se tranquiliza y suelta una sonrisa.
—La verdad te escuchabas bastante molesto, y llegue a pensar que eras un delincuente juvenil. No te culpo, es dificil poder llevar la situación hoy en día. Más de la mitad de las personas estan contagiadas. No dire nada, no te preocupes.
—Se lo agradeceré.
—Pero…— me dice en tono serio— con una condición.
—Lo sabía… — me quito la chaqueta y la arrojo al piso— ¿aquí o en el baño?
—¿¡QUÉ!? ¡NOOO NADA DE ESO CUBRETE!

Me pongo la chaqueta y el toce un poco mientras cubre su rostro.

—Cof cof… yo no soy de ese tipo de personas…— menciona avergonzado— verás… yo puedo ayudarte a que trabajes en la organización. Hay, un chico que necesita de un poco de ayuda. No puedo confiarle a nadie, es una persona muy terca, pero al mirarte a ti, sentí que podrías serle de gran ayuda. Deben tener casi la misma edad. Él no te dara molestias, solo necesita alguien con quien conversar, con quien compartir el tiempo que le queda.
—¿Entonces, si yo acepto cuidarlo, me ayudara a ser un trabajador permanente?
—Si, y no dire nada de lo que escuché.

Me quedo un momento meditando… pero honestamente no hay nada que pensar.

—Lo haré.
—Bien, es un trato.

Estrechamos la mano y caminamos hacía la recepción.

—Por cierto, ¿como te llamas?— pregunta curioso.
—Ash.
—Con que Ash he… y para que necesitas el dinero, si se puede saber.

Freno mi paso y miro hacía el suelo.

—Mi hermano se esta muriendo, necesito pagar su operación.
—Lo lamento mucho. Por favor, continuemos.

Las instalaciones son tan largas. Cada pasillo me resulta exactamente igual que el anterior.
Aulas de enseñanza, con grandes ventanas y habitaciones vacías es lo único que se mira.

—Bien, llegamos.

Nos detenemos frente a una oficina exactamente igual, solo que dice la insignia recepción de documentación.

—Deberás entregar tus papeles y serás capacitado.
—¿Cuánto tiempo dura esto?
—Solo seran unas horas, no te preocupes. Te asignare los datos de la persona, y te presentaras a su domicilio desde el día de mañana. No olvides ser puntual.
—Lo haré.

Dicho esto sonrió y dio media vuelta.

—Espera, — interrumpo su caminar— ¿porqué estas ayudandome?
—Ya te lo dije, creo que…
—No— agrego seriamente— cual es la razón, la verdadera.

Mira al suelo y voltea hacía mi con una mirada triste.

—Eres como él. Por un segundo pude ver lo desesperado que estás. Cuando fue tu entrevista yo estaba afuera, mirando por la ventana, tu mencionaste que solo querías combatir la soledad en la que te encontrabas, que esa es la razón de porque querías ayudar a otros, y por ese instante, por una fracción de segundo vi a un chico que lucha contra el mundo, solo, sin nada que ofrecer. Entonces supe que podrías comprender la soledad que rodea a Ei-chan.— Hace una pequeña pausa y da media vuelta para irse— Ahora se que no me equivoco Ash… eres un buen chico. Nos vemos.

Me quedo mirando como desaparece entre los pasillos y pienso en lo que dijo; honestamente me siento atrapado en mi soledad… nunca me había parecido tan apetecible la muerte como ahora… realmente quiero dejar esta porquería de mundo.
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Hola Hola!! Nuevamente regreso con esta historia que se les encantara, tratare de actualizar cada fin de semana (sabados o domingos) si no haz leido Return, te aconsejo leerla, ya que son historias parecidas en epocas y ciertos detallitos. Un abrazo y gracias por esperar <3

Hall·Tr [Wattys 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora