Suspiro

915 149 23
                                    

Ash es… un ser extraordinario. Cuando tomo una nueva fotografía de él, siento que mi corazón late con más fuerza.

—¿Cuanto más falta? Hace demasiado calor.
—Es la última, solo coloca tu mano en tu cabeza.
—¿Así?
—Perfecto.

Luce tan alegre y eso me tranquiliza. No sé, siento que quiero protegerlo con recuerdos bellos. Cuando ya no este… se que podrá recordar lo felices que fuimos.

Comenzamos a guardar el equipo. La tarde esta pasando rápidamente.

—¿Señor fotógrafo, le apetece una?
—Jaja gracias joven modelo, la tomare.

Nos sentamos a la orilla del lago con los pies sumergidos en la fresca agua.
Doy un par de sorbos mientras Ash me mira.

—¿Que pasa?— pregunto curioso y el comienza a reír— ¡¿Qué?!
—Es solo que eres muy lindo.
—Deja de decir cursilerías— inflo las mejillas mientras volteo la mirada.

Miro el paisaje a mi alrededor y suspiro.

—Eiji… ¿quieres salir conmigo?

Un silencio aparece entre los dos. Voltea la mirada hacia mi. Estoy más que sorprendido.

—Creo que no escuche bien… ¿q-que dijiste?— pregunto con los ojos abiertos, completamente nervioso.
—Eiji… sal conmigo.

La respiración se corta. Y unas ganas de gritar se apoderan de mi. Sin darme cuenta comienzo a llorar.

—¡Lo siento!— grita apresurado— pensé que, querías escucharlo formal. Después de todo lo que hemos hecho, pense que era mejor pedirtelo…
—jaja americano estúpido— le abrazo posando mi mejilla en hombro— nada me haría más feliz que estar a tu lado— digo a su oído y el posa sus manos sobre mi espalda dejándome sentir su calor.

Él se aproxima, deja un dulce beso sobre mis labios. Reímos tomados de las manos mientras nuestros pies juguetean sobre el agua.

 Reímos tomados de las manos mientras nuestros pies juguetean sobre el agua

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miro por la ventana. La luz de la luna yace sobre mi cara.

La verdad es que tengo miedo de morir. Todos los días me pregunto porque estoy aquí. Cual es mi propósito. Vi morir a mis padres. No pude ayudar a mi hermana. Siempre cargue una culpa sobre mis hombros y no puedo dejarla, incluso ahora que Ash esta a mi lado.
Tengo miedo de dejarlo solo en este mundo sin valor. Tengo miedo que al final no pueda irme satisfecho. Tengo miedo de no poder perdonarme… ¿como puedo hacer frente a esto? Quisiera que alguien me dijera que estoy haciendo, si lo hago bien.

Ash… eres todo lo que tengo.

Me levanto y arrodillo al suelo rompiendo en llanto.

—Señor… Dios Americano… por favor cuida de Ash, te lo pido, cuando ya no esté… ayudalo a encontrar la felicidad que por tanto tiempo busco. Te lo imploro… él es todo lo que tengo.

Me abrazo al tiempo mis lágrimas caen al suelo.

Al día siguiente guardamos todo para volver a casa. Ash conduce mientras hablamos en el camino. De cierta manera… haces que todo pensamiento impuro desaparezca estando a su lado.

 De cierta manera… haces que todo pensamiento impuro desaparezca estando a su lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Descargo las maletas y el equipo en la sala. Estoy agotado.

—Eso es todo Ash, muchas gracias.
—No es nada, es parte de mi trabajo.
—¿Quieres algo de té?
—No, me gustaría ir a casa, me siento un poco cansado.
—De acuerdo, entonces, te veo mañana.
—Si… Hall·Tr a su servicio— hago una reverencia y sonrió. Él regresa el gesto.

Al salir tomo mi teléfono de inmediato.

—¿Diga?
—Shorter, en 10 minutos baja, tengo que pedirte un favor.
—Ash, son las 10 pm, tengo sueño.
—Luego duermes, esto es importante.

Tomo el autobús y una vez frena, corro a su encuentro.

—¡UN ANILLO DE COMPROMISO!
—¡Cállate despertarás a todo el vecindario!
—¿Quien es? Tengo derecho a saber.
—N-no te importa.
—¿Mi mejor amigo quiere casarse y no debe importarme? Estas loco, dime.
—Es la persona que te dije… a la que cuido.
—Oye, eso está prohibido ¿no?
—Si, pero pienso renunciar en cuanto pueda. Buscaré otro empleo. No quiero perder más tiempo… quiero estar a su lado.
—Ya veo.
—¿Entonces puedes conseguirlo?
—¿Cuanto tienes?

Busco entre mis bolsillos y saco un billete. Lo desenvuelvo y se lo entrego.

—Y quiero mi cambio.
—¿Son 50 dólares y quieres cambio?
—Tu conoces buenos lugares, no tiene que ser muy fino. Estoy corto de efectivo.
—Bueno, vere que puedo hacer.
—Gracias Shorter.

Hall·Tr [Wattys 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora