Freno

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—Ash… espera… no te vayas.

Mi corazón está a punto de salir.

Nuestras miradas se cruzan nuevamente. Le tomo del brazo aún. Me he quedado sin palabras.

Sus ojos son tan verdes… tan brillantes debajo de esas cejas claras. Incluso sus pestañas son rubias. Su piel es tan blanca y su cabello desarreglado. Él me mira en silencio y sonríe.

—¿Pasa algo Eiji?
—Olvide que día es hoy. Y no pude darte nada— suelto su brazo— lo siento.
—Ho, era eso… descuida, yo soy… soy tu asistente. Solo eso. Así que no deberías preocuparte por cosas como esas, debes enfocarte en tu salud.
—No, estas equivocado— digo apresurado— es decir… tu eres alguien especial para mi.

Me mira sorprendido y se acerca hacia mi.

—Eres… alguien presiado… eres…— me veo interrumpido tras un sorpresivo abrazo de su parte— ¿Ash?
—No le pongas nombre a lo que sientes… no soportaría escuchar lo que soy para ti.
—¿He?

Me aleja de él y me mira fijamente.

—Eiji, yo trabajo para ti. No puedo poner mis sentimientos por encima, no es que no quiera pero son reglas que tenemos.
—Lo siento… fui imprudente… quiza tengas razón y lo mejor sea continuar como hasta ahora, ¿cierto?
—Cierto. Es mejor que me retire. Aún así agradezco saber que soy alguien preciado para ti. Me retiro— hace una reverencia y sale de casa.

¿Porque me siento tan mal?

¿Porque he tenido que decir eso?

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¿Porque he tenido que decir eso?

Me llevo la mano al pecho y aprieto mi chaqueta.

Es mejor, no debo involucrarme con él. Esto es un trabajo, él es quien me contrato y yo solo cuido de él, no hay más.

Llego a casa y me tiro en la cama.

—Eiji…

¿Que estoy diciendo? Tomo el teléfono rápidamente.

—¿Hola?
—Shorter, hay que salir a beber, yo invito.
—¡Wuuu no me digas dos veces, voy para haya!

En cuanto llega, salimos a la tienda cercana y compramos un par de cervezas. Nos sentamos en la acera afuera de mi casa.

—¿Que pasa Ash? Es raro que quieras beber, ¿le ocurrió algo a Griffin?
—No, él está igual.
—¿Entonces que ocurre?
—Solo… quería beber.

Doy un largo trago hasta acabarme la lata.

—¡Es tan amarga!— exclamo sacando la lengua.
—Es una chica.
—¿Qué?
—Ya entiendo, por eso querias beber, ¿ya te bateó?
—Claro que no idiota— destapo otra cerveza y comienzo a beber.

Miro a mi alrededor. El camino vacío.

—Creo que me gusta.
—¿Quien, quien es?— se acerca hostigando.
—Alejate cara de piña, no tan rápido.
—Vamos, cuenta cuenta.
—Cuando le miro me sonrojo, y mi computador deja de funcionar.
—Eso es porque eres idiota jaja
—Cállate. La verdad es que solo quiero estar con esa persona… me transmite tanta paz, seguridad a su lado.
—¿Cual es el problema?
—Soy su asistente.
—Pff— escupe la cerveza bastante cerca— ¡No puedes relacionarte sentimentalmente con los clientes Ash, ésta en el reglamento!
—¡Ya lo sé!— digo rascandome la cabeza— es solo que cuando estoy cerca suyo… puedo ser yo mismo. Nadie nunca me miro así, él es tan…— sus ronquidos me hacen parar de hablar y me enfurezco— ¡PARA ESO QUERIAS QUE TE LO CONTARA MALDITO BORRACHO!— grito empujandolo para que caiga a la calle.
—¡ES TU CULPA QUE ME DURMIERA POR SER TAN CURSI!
—NO SE PUEDE HABLAR CONTIGO, ESTAS BORRACHO.
—YA YA ¡YAAA! SI TANTO TE GUSTA…— comienza a reir— ¡VAMOS A SU CASA!
—¡QUÉ!
—Le llevaremos serenata como se hacía en 1960.
—Ni loco. Vamos viejo, estas borracho. Por esta noche te quedaras en mi casa.
—¡Vamos Ash, canta! ¡Amorcito corazón, yo tengo tentación… de un beeeso tururu ruru…
—¿¡Porque tengo que soportar esto!?

Dejo a Shorter en el sofá y me recuesto en la cama. Me asomo por la ventana. Esta noche es tan oscura y profunda como tu mirada. Eiji…¿estoy enamorandome de ti?

Abrazo la almohada y cierro los ojos hasta que el sueño me vence.

Abrazo la almohada y cierro los ojos hasta que el sueño me vence

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La alarma suena y me despierto. Me doy una ducha y arreglo para salir.
Cojo la mochila, camino hasta la parada del bus.

Al llegar a su casa toco el timbre.

—Ash, buenos días.
—Buenos días Eiji.

Como no voy a enamorarme de ti, si me sonríes de esa manera tan adorable. Basta, deja de ser tan dulce, deja de entrar en mi vida.

Hall·Tr [Wattys 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora