La pelirroja jugaba con su lápiz sentada en su usual asiento. Había llegado hace una media hora a la universidad y el salón estaba totalmente vacío. Y era fácil de adivinar la razón: aún quedaban cuarenta y cinco minutos para que la clase dé inicio.
Sin embargo, de alguna manera le gustaba el silencio que había allí. La ayudaba a pensar y a relajarse un poco. Luego de la noticia de su hermano volviendo a casa, su cerebro había decidido por darse unas vacaciones y su fuerza emocional se había quebrado de tal manera que decidió que cruzar palabras con su hermano era lo último que quería hacer. Luego de la cena, se refugió en sí misma hasta llegar a casa, sin escuchar ni una palabra que Max tuviera que decir, y cuando llegó, se encerró en su cuarto sin decir ni una palabra. Era consciente de que en algún momento tendría que enfrentar el problema y hablarlo pero ahora no era el momento.
Con los audífonos puestos escuchaba a esa nueva banda "Lie In The Sound" de las que las chicas tanto hablaban por los pasillos de la universidad. La banda era el furor de la ciudad y de varias de las ciudades cercanas, al parecer. Tenían buenas canciones, no lo negaba, había repetido sus canciones más de tres veces en la última hora.
El sonido de la puerta abriéndose hizo que la chica levantara el rostro de su celular y la fijara en el simpático chico que acababa de entrar al salón.
El chico reparó en su presencia y le ofreció una sonrisa antes de caminar hacia los asientos que se encontraban lejos de ella. Ella cerró sus ojos y volvió a concentrarse en la música. De pronto sintió un golpe seco cerca de ella. Al abrir los ojos se encontró con el chico, sacando de su mochila algo que no pudo ver hasta que lo tuvo en sus manos: una bolsa de colores. De la bolsa extrajo un chocolate y se lo extendió a Destiny.
Ella lo miró por unos segundos antes de aceptar el chocolate con una sonrisa. No lo había visto antes y eso era una pena ya que era obvio que había estado en su salón antes. Se sintió mal por no saber siquiera su nombre y agradecerle de manera correcta.
— Gracias. —Le dijo. Con un dedo buscó el botón del celular para bajarle a la música.
— Dicen que el chocolate ayuda a mejor el estado de ánimo. —Su voz era suave y hablaba como si midiera sus palabras. Su tono era agradable.
Ella asintió preguntándose si se veía tan mal como se sentía. Él le sonrió y se encogió de hombros a antes de ocupar su sitio, sacar su celular y colocarse los audífonos también. Se miraron por última vez y cada uno se distrajo en la música que se reproducía.
Destiny sentía curiosidad por el chico y por saber quién era, al menos su nombre pero parecía concentrado por lo que decidió no molestarlo.
Poco a poco los alumnos empezaron a entrar al salón, primero los más estudiosos luego entraron el típico grupito que "estaba por estar". Melody entró al salón cargando con dos mochilas en la mano, la saludó y no tardó en ocupar su sitio al lado de ella dejando ambas mochilas en el piso.
— ¿Cómo estás? — Melody había estado en la cena y había presenciado todo.
Destiny compuso una sonrisa, la más sincera que le pudo dar. —Bien. Aunque he tenido mejores. — Metió un pedazo de chocolate en su boca. El chico tenía razón, el chocolate la había hecho sentir un poco mejor.
Melody estiró su mano y le quitó un poco de chocolate.
Destiny rió. — ¿De nada?
— ¿Por qué pedir si puedes simplemente tomarlo?
Ambas rieron.
— Hey, sé que no es un buen momento pero... ¿No reconsiderarías tu respuesta?

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How To Be A HeartBreaker.
Teen Fiction-¿Entonces qué? ¿Qué es lo que pretendes aparentar? Esta no eres tú. Tú no eres una rompecorazones, Destiny. -Tal vez. Pero definitivamente no soy la chica ingenua y débil a la cual le rompiste el corazón. Fecha de Inicio: 23/09/2014 OBRA HE...