Capítulo 17

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Destiny caminaba con tranquilidad por los pasillos de la universidad observando su celular. No tenía interés en ponerle atención a algo más, hacía ya mucho que la universidad se había desocupado casi por completo. Solo se encontraban los deportistas o alguno que otro alumno que decidía que estudiar en la universidad era mejor que hacerlo en casa y utilizaba para biblioteca para su sesión de estudio. Ella estaba en el primer grupo de personas.

Con todo eso de la competencia, los entrenamientos se habían vuelto aún más demandantes de lo que ya era cualquier disciplina deportiva. La entrenadora no dejaba escapar ningún fallo ni siquiera tomando en cuenta que apenas eran los primeros ensayos para el campeonato y ni siquiera habían empezado a formar la coreografía.

Todas las chicas estaban sometidas a una gran presión entre los estudios, los problemas personales y, ahora, la competencia. Tanto era así que ni siquiera le había dado tiempo a Emma para considerar su situación amorosa. Había terminado hacía apenas una semana y media con Tyler, el mismo día que se enteró de las fotos de Destiny, y aunque realmente quería lidiar con ese corazón roto que cargaba, sus múltiples tareas no se lo permitían. Casi lo mismo sucedía con Annya que, además de pertenecer a las porristas, practicaba esgrima y pronto tendría un enfrentamiento con los mejores esgrimistas del club donde practicaba.

Después de ese con sus amigas, habían ideado un gran plan para llevar a cabo todo, pero la clave era el tiempo. No podían darse el lujo de empezarlo sin esperar un tiempo adecuado. Un tiempo para que todos pensaran que estaban derrotadas y para que Savannah siguiera creyendo que tenía el mando de todo. Muchos decían que la venganza era un plato que se comía frío y ellas estarían a punto de comprobarlo. Savannah ni nadie se esperaba lo que pasaría y por eso primero tenían que mantener un perfil bajo. Al menos hasta después de las vacaciones de primer semestre.

Se deshizo de la coleta que tenía y dejó que su cabello ondeara con la pequeña brisa que había dentro del edificio. Le gustaba el sonido de sus pasos sobre la cerámica del piso y le gustaba aún más el silencio que se vivía dentro de su facultad. Parecía un lugar totalmente diferente al de unas horas antes.

De pronto sintió que alguien la cogía de la muñeca y, con algo de fuerza, la arrastraba dentro de un salón. Un pequeño grito brotó de sus labios sin poder alertar a nadie ya que el lugar se encontraba casi vacío.

– Necesitamos hablar.

– No tengo nada que hablar contigo –respondió, exasperada por la situación. Masajeó su muñeca sin dejar de mirar mal al chico.

Sus verdosos ojos reflejaban la apatía que sentía por él y eso de alguna manera lo impactó, aunque se mantuvo firme por el bien de ambos. Necesitaban tener esa charla pronto y arreglar todo de una vez, ya no podía soportar la situación.

– Claro que sí y lo vamos a hacer ahora –demandó el chico con un tono autoritario.

Ella simplemente rodó sus ojos. – No me puedes obligar a hacerlo –se cruzó de brazos, desafiante.

– Maldita sea, Destiny, ¿puedes dejar de comportarte como una niña malcriada? Tienes diecinueve años, compórtate como una.

Destiny se le quedó viendo con furia, sus ojos se entrecerraron en su dirección aumentando el impacto que tenía en él. Nick sintió que se doblegaba ante su mirada, pero se limitó a mantenérsela.

– Tú deberías de comportarte como un hombre, pero ya me dejaste bastante que solo eres un niño jugando con cosas con las que no debería.

– ¡Me equivoqué, ¿está bien?! –vociferó tan alto que Destiny sintió miedo de que alguien más pudiera escucharlos, aunque dudaba que alguien realmente quisiese meterse en la discusión– Pero soy una persona normal, Destiny, no soy el chico perfecto que has idealizado. Soy humano y lo que mejor sabemos hacer es decepcionar a otros humanos.

How To Be A HeartBreaker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora