Vivir envuelta entre chismes no era como Destiny esperaba pasar su vida universitaria. Ahora se veía abrazada por ellos, sentía que si seguía de esa manera su vida se convertiría en una farsa. Y no le molestaba la idea siempre y cuando sea una farsa que ella quisiese querer vivir.
El problema era que no estaba segura de que aquello que decían de ella era lo que quería que dijeran de ella. Lo peor de todo era que tenía tanto en su mente en lo que pensar antes de darse el lujo de preocuparse por su reputación.
Escuchaban los susurros cuando caminaba por los pasillos, cómo la señalaban y se acercaban al oído de la persona más cercana para decir quién sabe qué. Recordaba, en esos momentos, cuando se había prometido a sí misma hacer de sus años universitarios los mejores de su vida sin perderse en el camino.
La situación le parecía irónica.
Había escuchado tantas veces, por parte de su sabia madre, que las personas no cambian de un día para otro, que era imposible siquiera pensar que una persona con principios y valores en los que había crecido y había sido educada podía simplemente cambiar como si pudieras reiniciar a una persona con un interruptor. Y entendía a lo que su madre se refería, la idea era tan surreal que parecía que todo ya estaba dicho, no había excepción a la palabra.
Pero la había.
Era posible simplemente un día abrir los ojos y darse cuenta que tal vez todo lo que pensabas era correcto, no lo era. La idea de lo que estaba bien y mal no eran tan plana como creía que era. No era más negro y blanco, sino que había tantas tonalidades de grises en el medio que era normal perderse en ellas. Por su parte, le gustaba el color gris.
Y tal vez podía escucharse inmadura e incluso algo despechada por la situación con Nick pero quería probar esas grises sin importarle lo que él pensaba de ella. Había pasado tanto tiempo dependiendo del amor de alguien más, acompañada de alguien, siendo feliz por alguien más que ahora quería darse la oportunidad a sí misma de hacerse feliz.
Tal vez debería esperar más, tal vez debería pensárselo mejor, pero tenía ese fuego en su corazón que la alentaba a seguir.
– ¿Toc-toc? –el sonido de un toque en la puerta llamó su atención. Rodó sobre su cama y, con rapidez, cogió la almohada que se encontraba cerca para ponerla sobre su cabeza.
Sabía de quién se trataba y no estaba segura de poder soportar a su hermano por ahora. Ya no era acerca de la resaca, era porque simplemente no podía lidiar con todo ese asunto ahora.
No pasó nada por unos instantes hasta que el sonido de la puerta abriéndose de escuchó. Destiny se reservó las ganas de gritarle que se largara porque realmente no quería hacerlo. Estaba enojada con él, como con nadie nunca antes, pero seguía siendo su hermano y en algún momento él fue todo lo que tenía y necesitaba. Era su hermano y había marcado más que cualquier otra persona en su vida.
Con toda la desidia que se podía permitir tener, se sentó en su cama enfrentándolo. Alejó el celular de su rostro lanzándolo a un lado sin siquiera preocuparse de dañarlo.
– ¿Qué necesitas? –preguntó con una fría cordialidad.
– Solo vine a ver cómo estabas.
Los ojos del chico recorrieron el cuarto para finalmente quedarse fijos en su hermana. Tenía el rostro de alguien que no había dormido bien los últimos días y se preocupó. Todo lo respecto a ella le preocupaba, aunque ella creía que no era de esa manera. Cuando se había marchado, la chica aún era muy joven para entender que a veces se debían de tomar decisiones importantes y que éstas a su vez podrían causar consecuencias. Destiny se había encontrado en el medio de esas consecuencias.
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How To Be A HeartBreaker.
Teen Fiction-¿Entonces qué? ¿Qué es lo que pretendes aparentar? Esta no eres tú. Tú no eres una rompecorazones, Destiny. -Tal vez. Pero definitivamente no soy la chica ingenua y débil a la cual le rompiste el corazón. Fecha de Inicio: 23/09/2014 OBRA HE...