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—¿Estás bien con esto? Quiero decir... Nosotros no hicimos nunca estas cosas antes — apretó los labios viendo de lejos a los niños correr de un lado a otro cargando bolsas.

No negaré que siento cierta envidia, pero Tones lo único que quiero es que seas feliz. Y parece que finalmente lo estás logrando, así que olvídate de todo, apaga el teléfono y sube a ese coche

—Eres la mejor, Pepper — sonrió.

Sí, sí, te pediré que lo pongas por escrito — bromeó la pelirroja al otro lado de la línea —. Yo me encargo de todo aquí, tú disfruta de tus pequeñas vacaciones

—Gracias... Oh y tienes a Happy a tu completa disposición. Cuídamelo, se ha quedado triste por no venir con nosotros. 

Tony se despidió de Pepper y colgó finalmente, guardándose el teléfono en el bolsillo para reunirse con Frank y los demás junto al coche. Los ánimos estaban por las nubes, los niños no podían sonreír más, aunque Roberta seguía siendo ese aura oscura que flotaba a su alrededor, algo que al parecer solo notaba él. 

—¿Todo listo? — preguntó dando una palmada.

—Todo listo — confirmó Frank —. Solo queda decidir quién conduce.

—Tú — dijo lanzándole las llaves del monovolumen que alquiló para la excursión. Obviamente no hubieran podido ir todos, maletas incluidas, en uno de sus deportivos —. Solo me me he tomado un café y es un viaje largo. 

—¡En marcha pues!

—¡Sí! — exclamaron los niños subiéndose de un salto a los asientos traseros junto a Roberta.

Tony se sentó de copiloto y empezó a juguetear con la radio en busca de una emisora que gustara a todos, misión que resultó imposible al darse cuenta de los gustos varios que tenían los cinco —aunque él y Frank compartían parecidos. Para cuando tomaban la vía para salir de la ciudad, Don't stop me now logró hacer que se pusieran todos de acuerdo en que Queen era la mejor banda de todos los tiempos. 

—Oye Tony — Harley se escapó por debajo del cinturón de seguridad y se apoyó entre los dos asientos delanteros —, ¿de veras no vas a trabajar nada este fin de semana? — preguntó entre escéptico y esperanzado. 

El moreno notó la mirada curiosa de Frank a su lado y sonrió, girando el rostro para ver a su hijo adoptivo. — Nada de nada, en este preciso momento me declaro en vaga hasta el lunes por la mañana. 

—Que la vaga empiece después de montar las tiendas, no pienso hacerlo solo — intervino Frank con una sonrisa en los labios. 

—¿Qué? ¿Y cuál es la gracia de ir con un experto si tengo que hacerlo yo? — se quejó de forma infantil.

—Que el experto te va a enseñar — le guiñó un ojo y Tony murió. 

No, no se había olvidado de la noche anterior. Las palabras de Roberta y las sensaciones que despertaron en él seguían allí mismo, rondando en su cabeza aún adormecida. Había estado hasta bien entrada la madrugada viendo los pros y los contras de lanzarse a intentar algo con Frank, y llegó a la conclusión de que era mejor no cambiar las cosas. Estaban bien así, como amigos. Frank se había convertido en un buen guía hacia la felicidad y no quería perder eso por dar un paso en falso, sabiéndose el rey del fracaso en cuanto a relaciones. 

Su decisión había sido firme.

Sin embargo, solo hizo falta un guiño del rubio para que la duda volviera a instalarse.

Un Recuerdo Inolvidable [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora