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Mary llevaba todo el día triste. Se había negado en un principio a asistir a la escuela, pero Tony la había forzado a ir. "A Frank no le gustaría saber que no has ido", pero Frank no estaba ahí. Se había vuelto a marchar. Y recordando la última vez que se separaron, Mary creía de verdad que volverían a pasar meses antes de volver a ver a su tío. Algo que se había esforzado en demostrar por la mañana con su pataleta, mas de nada sirvió. 

Odiaba a los adultos. Bueno, no los odiaba, pero sí odiaba la forma en que se comportaban. Nunca entendería por qué hacían las cosas tan difíciles. Como por ejemplo, ¿por qué no dejaron que ella viviera con Frank? O ¿por qué Tony no impidió que Frank se marchara la noche anterior? Solo tenía que pedirle que se quedara, seguro que a él sí le haría caso porque era otro adulto. 

Arrastrando los pies con actitud sombría y Fred en brazos, fue hasta la habitación del que ya consideraba su hermano mayor. Siempre había querido tener uno, de modo que cuando conoció a Harley no le costó nada llevarse bien con él. Obviamente a veces peleaban, sobretodo cuando lo forzaba a sentarse con sus muñecas para tomar el té, pero también la protegía mucho de los idiotas del colegio que se metían con ella por ser tan pequeña. Además, era la primera vez que tenía un amigo más propio de su edad con la misma agudeza mental, y eso era mil veces mejor que buscar diversión entre libros. 

—No puedo jugar contigo ahora, Mary. Estoy haciendo los deberes — le dijo nada más verla entrando en la habitación. 

—¿Tú crees que Frank vuelva pronto? — preguntó haciendo oídos sordos a la queja. 

Harley suspiró. — No lo sé... 

—Le echo mucho de menos... ¿Por qué se ha marchado?

—Mm... — Harley dio la vuelta a la silla pensativo —. La otra noche vi algo que, creo, no debería haber visto. Quise aprovechar que todos dormían para probar el nuevo propulsor de mi cohete y vi a Frank y a Tony besándose en el lago — confesó con cierta vergüenza.

Mary dio un salto de repente con los ojos muy abiertos. — ¡¿En serio?! ¡Eso es genial! — chilló emocionada.

—¿Por qué? — arrugó el morro. Aún era demasiado joven para pensar que los besos fueran geniales.

—¡Porque se gustan y podremos ser como una familia!

—¿Una... familia? Quieres decir ¿los cuatro?

—¡Cinco! — levantó al rechoncho Fred —. ¿No te gustaría que Frank también fuera tu papá?

—No lo sé... Supongo que es un hombre guay — admitió con una leve sonrisa —. Y gracias a él ahora hacemos más cosas divertidas.

—¡Sí! Y yo quiero mucho a Frank y siempre querré estar con él, pero también me gusta mi escuela nueva y tenerte de hermano mayor, por eso tiene que volver — habló apresurada antes de bajar de la cama y empezar a estirar el brazo de Harley —. Tenemos que hacer que se besen otra vez.

—No deberíamos meternos en cosas de adultos — dijo poco convencido.

—¡Los adultos son tontos! Tenemos que ayudarles.

—¿Y si Frank se fue porque pelearon? — hizo que le soltara el brazo —. No sabemos nada.

—¡Pues vayamos a preguntar a Tony!

—No creo que... Mary, ¡espera!

Tarde. La niña ya había salido corriendo de la habitación a toda prisa y a Harley no le quedó más remedio que seguirla rumbo al taller donde Tony había pasado prácticamente todo el día encerrado. Por la mañana les había llevado a la escuela, sin embargo no volvieron a verle desde entonces. No había ido a buscarles al colegio ni apareció para comer juntos. Y Harley llevaba el tiempo suficiente viviendo ahí para saber que debía tener una de esas crisis de las que hablaba Pepper. 

Un Recuerdo Inolvidable [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora