12

934 159 54
                                    

—Frank, no quisiste hacerme caso cuando te dije que era mala idea mandar a Mary a la escuela y ya viste lo que pasó. Al menos hazme caso en esto. 

El rubio suspiró por enésima vez en los diez minutos que llevaba preparando las cañas de pescar. Mary y Harley estaban a su lado observando los gusanos que usarían como cebo y, alejados de ellos, Tony hablaba con el grupo que había aparecido de forma tan estridente hacía casi una hora. 

—Roberta, soy un hombre adulto y ya tengo a Evelyn, no necesito otra madre — dijo encarándola finalmente, perdiendo un poco la paciencia después de escuchar ese sutil "te lo dije" de su amiga —. Stark es un buen hombre, incluso arriesga su vida para salvarnos a todos, y realmente se está esforzando en mejorar. Creo que se merece que le veamos más allá de lo que la prensa dice de él. 

—¿No has oído nunca eso de que 'si el río suena, agua lleva'? Pues aquí suena como las Cataratas del Niagara, Frank, la prensa no puede ir tan desencaminada. Está sacando provecho de ti, que le ayudas a sentirse mejor consigo mismo, pero ¿a caso ha hablado con algún abogado? ¿Habéis hecho una reunión con Evelyn? 

Frank tuvo que callar esta vez.

—Mira, no lo digo solo por ti, sé que vas a acabar haciendo lo que te salga de ahí, pero piensa en la pequeña — reclamó la mujer de nuevo, ambos intentando no alzar la voz para que los niños no escucharan de qué hablaban —. Mary está pasando por demasiado en estos meses y lo último que necesita es otra decepción. 

—No voy a dejar que eso ocurra. 

—¿Y cómo lo harás? Porque tú mismo me has dicho que no sabes hasta cuándo va a durar tu estancia con Stark, o qué va a pasar después. Tarde o temprano vas a tener que volver a casa, tú decides si es con Mary o no.

Frank se quedó pensativo en el sitio mientras su amiga iba con los niños. Tal vez tenía razón, tal vez se había dejado llevar demasiado y no estaba preocupándose lo suficiente por lo verdaderamente importante ahí: Mary. Su vida durante aquella semana se había centrado tanto en Tony Stark que apenas se detuvo a pensar en qué pasaría con él y su sobrina. 

Debía admitir que la pequeña estaba en una muy buena escuela y, lo más importante, tenía otros niños con los que jugar, Harley entre ellos. Se la veía muy feliz y eso, en el fondo, le dolía. Porque no había sido él quien lo logró, sino Stark. El mismo hombre que se estresaba por no considerarse un buen padre era el que realmente estaba logrando que su sobrina tuviera una buena vida. Tal como Diane habría querido. 

Pensó en las últimas palabras de Roberta y apretó la caña entre sus manos con la mirada perdida en Stark, quien parecía estar discutiendo con el hombre del parche. Era obvio que pronto debería volver a Florida, no podía abusar de la amabilidad del magnate por tanto tiempo, la cuestión era ¿quería volver? 

Mary se veía más feliz, era cierto, ¿y él? No había duda de que durante aquella semana se había sentido más vivo y motivado que en los años que llevaba viviendo en Tampa. Y haber tenido la oportunidad de volver a dar clases, aunque solo hubiera sido un día, se sintió realmente genial. Él era un hombre de ciudad, se crió en Boston, y aunque Florida le gustaba no podía dejar de sentirse como su madre insistía que era: un fracasado. Humilde, pero sin un futuro del que sentirse realmente orgulloso. Porque reparar barcos era un trabajo por dinero, su verdadera vocación era ser profesor. 

También puedo ser profesor en Florida, pensó, mas se dio cuenta que no sería lo mismo. ¿La diferencia? Volvería a sentirse tan solo como antes, limitado a un ligue cada dos o tres semanas para quitarse el calentón y de vuelta a la monotonía. Allí en Nueva York había encontrado una sensación parecida a un hogar de verdad y la idea de perderlo le dolía.

Un Recuerdo Inolvidable [Crossover]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora